Una mirada desde la Psicología.
El mundo no resolverá sus principales problemas mientras no aprenda a mejorar la inversión para el desarrollo de sus niños y niñas."
- UNICEF
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I
En nuestro mundo actual, donde se produce aproximadamente un 40% más de los alimentos necesarios para nutrir a toda la Humanidad, cada día 34.000 niños mueren de hambre. Pero muchísimos más, aunque con dificultades, sobreviven; claro que, a veces, a un alto costo: muchos deben trabajar a una corta edad -se calcula en más de 600 millones en todo el globo la cantidad de menores trabajadores, muchos de ellos sin percibir salario-. (Ante cosas así es que cabe cuestionarse cómo es aquello del "trabajo, esencia probatoria del Ser Humano". ¿Será cierto?). Inclúyase ahí la prostitución infantil, que nos obliga a repensar si eso es un trabajo. Pero todavía estamos hablando de niños que viven bajo un techo; más grave es aún la situación para los 150 millones que viven en las calles de las grandes urbes.
"Los niños primero" suele escucharse. Muy literalmente se entendió esto en la prefabricada guerra de Irán e Irak, entre 1980 y 1988, donde los párvulos iban al frente para detectar las minas enemigas, pisándolas. Pero no: los niños primero no en ese sentido sino como esperanza de algo mejor. Porque a todas luces lo actual puede -¡y debe!- ser mejor (un perrito hogareño del Norte come más carne roja que un habitante del Tercer Mundo.....; uno de los negocios en mayor expansión es la pornografía infantil).
¿La Humanidad se volvió loca, o eso somos?Menores hambrientos, explotados, marginados; niños víctimas cuando deberían ser privilegiados; niños que mendigan, que no juegan, que no sueñan; chicos que estorban, que sobran, niños-soldados, niños que tienen ya -apenas iniciada su vida- trazado un negro destino. Sin dudas debemos mejorar mucho todavía el cuidado de los menores. Aunque legalmente se supone que todo menor está protegido por derechos constitucionales en cualquier parte del mundo, siguiendo convenciones internacionales que así lo estipulan,
la cruda realidad enseña que no son pocos los lugares donde un niño trabaja, no termina su educación académica, padece enfermedades previsibles o se cría en contextos de extrema violencia.
Comentario: Los agricultores europeos comienzan a pagar los platos rotos tras las decisiones apresuradas de sus líderes, que se aliaron a la campaña contra Rusia, orquestada por Estados Unidos. ¿Cómo harán ahora para no despertar la ira en todos los sectores agropecuarios, que nada tienen que ver con la sumisión de los políticos a los imperialistas de Washington?
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Y los españoles no son los únicos en quejarse: Te obedecí, y me debes una: Polonia pide a Estados Unidos que le compre las manzanas vetadas por Rusia