EL ESPAÑOL se adentra en la convocatoria de Junta Democrática y habla con quienes han venido desde lejos para acompañar a Rubén Gisbert.

© Enia Gómez
Varias tiendas de campaña en la convocatoria en el Congreso
Contesta animado a la llamada telefónica entrante. "No te lo vas a creer. ¡Estoy en
Madrid en una manifa!", responde excitado, haciendo énfasis en la última palabra, lo que genera risas a su alrededor. Pero es cierto. Alberto Abascal es una de las 500 personas — según datos de la Delegación del Gobierno en Madrid — que han acudido a la
concentración frente al Congreso de los Diputados contra la amnistía motivada por Rubén Gisbert, abogado y presidente de la asociación civil Junta Democrática de España
.
Esta no es más que un movimiento social que surgió en 2020 para recuperar la estela de la Junta Democrática originaria — fundada en 1974 — que, según el joven abogado, nació de la confluencia de todas las fuerzas políticas opositoras al régimen franquista que prometieron actuar juntas para
romper con el franquismo y, a través de mecanismos pacíficos, sustituirlo por un régimen democrático. Una acción que, según Gisbert, quedó inconclusa. Y
"lo que ha quedado inconcluso hay que terminarlo".
Alberto no pertenece a esta estructura política ni está afiliado a ningún partido. Únicamente ha venido, junto a su mujer Cris, desde desde Santa Pola, un municipio ubicado en la
costa alicantina, para unirse a la acampada y apoyar así al joven abogado, puesto que es lo que "ahora mismo este país necesita, unión y justicia". "Rubén es un chaval que tiene un sentido de la responsabilidad grandísimo. Creo firmemente que si todas las personas hicieran una décima parte de lo que él hace,
no estaríamos como estamos. Le admiramos, entre otras cosas, por cómo actúa frente a lo que está pasando estos días en España.
Es muy importante venir a apoyarlo desde Alicante, desde Almería, desde La Coruña o desde donde sea", apunta seguidamente. Y Cris asiente con la cabeza.
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