Traducido por el equipo de SOTT.netEl huracán Helene azotó el oeste de Carolina del Norte antes del amanecer del viernes 27 de septiembre. Un mes después, las discrepancias sobre la verdadera pérdida de vidas y el número de desaparecidos son generalizadas, especialmente en el epicentro de la devastación.
El diluvio, que duró cuatro días, primero llenó los arroyos y saturó el suelo con entre 250 y 750 milímetros de lluvia, aumentando su potencia antes de que la peor parte del huracán llegara a la región con fuerza de categoría 4, culminando en un río atmosférico, vientos de cuarenta a cien millas por hora y
tornados que, según los residentes, pasaron por encima de las montañas haciendo un sonido de "chasquido, chasquido, chasquido" al romper árboles como si fueran cerillas.
La peor parte de la tormenta se produjo entre las 4 y las 7 de la mañana, cuando la gente dormía profundamente.
Los ríos Cane, Toe, French Broad, Swannanoa y Green se adentraron en las comunidades y, cuando llegaron a las zonas habitadas,
los ríos alcanzaban crestas de hasta 7 a 9 metros por encima de los niveles ordinarios. Las crecidas sumergieron literalmente pueblos como Marshall, destruyeron Biltmore Village y el River Arts District de Asheville. En otros lugares, miles de corrimientos de tierra arrasaron hogares y comunidades.
Comentario: ¿Incompetencia y negligencia, o conspiración criminal y encubrimiento? Probablemente una mezcla de ambas. Los autoritarios no se equivocan al depositar su confianza en un proceso ordenado y metódico de búsqueda, rescate y limpieza, pero todos sabemos ya que hay agentes sin escrúpulos en todos los niveles del gobierno, y que no están exentos de mentir sobre el número de muertos en una catástrofe natural por toda una serie de motivaciones políticas, ideológicas y/o personales.