Traducido por el equipo de SOTT.net
Tras años de intentar sin éxito imponer la agenda woke a sus clientes, la mayor empresa de entretenimiento familiar del mundo admite por fin que puede haber algo de verdad en el dicho acuñado por el gobernador de Florida Ron DeSantis: "Go Woke. Go Broke" (Hazte woke, Arruínate).

© Jill McLaughlin/The Epoch Times
Manifestantes protestan contra la postura de The Walt Disney Company frente a una ley aprobada recientemente en Florida, frente a la sede de la empresa en Burbank, California, el 6 de abril de 2022.
Según su
última presentación ante la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC), la Walt Disney Company reconoció que se enfrenta a "riesgos relativos a la falta de alineación con los gustos y preferencias del público y los consumidores en materia de entretenimiento, viajes y productos de consumo", y que
"los ingresos y la rentabilidad se ven afectados negativamente" cuando sus "ofertas y productos de entretenimiento" no "logran una aceptación suficiente por parte de los consumidores".
Por el contrario, se describe a sí misma como "una empresa de entretenimiento mundial diversificada" con objetivos de "diversidad, equidad e inclusión" que incluyen "la creación de equipos que reflejen las experiencias vitales de nuestro público, al tiempo que empleamos y apoyamos un conjunto diverso de voces en nuestros equipos creativos y de producción".
Según la presentación, los ingresos de la empresa para el ejercicio fiscal 2023 fueron de 88.900 millones de dólares. Aunque esto supuso un aumento del siete por ciento con respecto al año fiscal 2022,
The Hollywood Reporter señaló que Disney se vio obligada a recortar el gasto en contenido televisivo y cinematográfico de 29.800 a 27.200 millones, y Business Insider informó en mayo que
Disney inició su tercera ronda de recortes, despidiendo a unos 7.000 empleados y desechando los planes de construir un campus corporativo de 900 millones de dólares en Florida.
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