© Mohammed Omer/IPSMujeres protestan en Gaza exigiendo la liberación de sus familiares presos por Israel.
El acceso a la educación es cada vez más difícil para los prisioneros palestinos en cárceles israelíes, mientras las organizaciones internacionales muestran poco interés o son incapaces de intervenir.
Los estudiantes de secundaria en la franja de Gaza completaron sus exámenes en junio, y recibieron sus resultados a fines de julio. Sin embargo, los 1.800 reclusos palestinos que pretendían a realizar sus propias pruebas no pudieron hacerlo debido a una prohibición del Servicio Carcelario Israelí.
Cada lunes a la mañana desde hace nueve años, Fatiima Abu Jayyab, de 57 años, se presenta frente la oficina del Comité Internacional de la Cruz Roja en Gaza pidiendo ayuda para su hijo, Eyad Khalid Abu Jayyab, detenido en una prisión israelí y a quien no ha podido ver en el último lustro.
Eyad fue encarcelado por su filiación política, según su madre. "Pienso en él en todo momento", dijo a IPS.
"
Perdí fe en la Cruz Roja Internacional. No hacen lo que deberían realizar una organización neutral para atender la necesidad de los prisioneros en áreas de conflicto", añadió.
Los temores de Fatiima se agravaron desde que se enteró de que
su hijo realizaba huelga de hambre. "No hay nada que pueda hacer para impedirlo. No puedo llegar a él", dijo.
El jefe de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Tawfiq Al Tirawi, divulgó una declaración de prensa la semana pasada, luego de la liberación de 770 reclusos palestinos.
"La ocupación israelí ha lanzado una guerra inusual y sin precedentes contra los prisioneros", señaló.