El Niño de la Sociedad
Las pérdidas fueron generalizadas entre todos los valores del selectivo nipón, salvo en el sector de la construcción, ante la expectativa de las labores de reconstrucción tras la catástrofe. De hecho, firmas como Hazama y Kumagai Gumi, registraron subidas superiores al 40%, mientras Kajima Corporation, subió un 16%.
Por contra, fabricantes de automóviles como Mitsubishi Motors o Nissan se dejaban un 11% y un 10%, respectivamente, mientras Toyota perdió un 7,9%. Asimismo, gigantes electrónicos como Sony sufrieron un desplome del 9,3%, Canon bajó un 6,2% y Panasonic un -8,3%. Por su parte, Toshiba e Hitachi bajaron más de un 16%.
A su vez, el sector financiero japonés también experimentó un severo varapalo con caídas del 10,5% en Mizuho Financial Group y del 7,2% en Mitsubishi UFJ Group, mientras SMFG perdió un 6,3%.
Las autoridades de Japón declararon que posiblemente ya está teniendo lugar una fuga radioactiva en otro reactor de la estación Fukushima Daiichi, afectada tras el terremoto devastador y el tsunami posterior en el país. Esta vez se trata del tercer reactor. Los problemas allí son similares a los ocurridos anteriormente en el primer reactor: dejó de funcionar el sistema de refrigeración, por lo que el combustible nuclear quedó sin la refrigeración necesaria, lo que creó la posibilidad de una fisión nuclear incontrolada.
La situación en el tercer reactor se agrava porque el combustible dentro de él es el único de los seis en la planta que contiene adiciones de plutonio, lo que podría tener efectos más graves que la fuga en los otros reactores.
El nivel de radiación cerca de la estación sigue inestable: ayer alcanzó poco más de 1.000 microsievert a la hora, cuando el nivel aceptable es de 500, luego bajó a los 70,4, pero la mañana del domingo subió de nuevo a más de 800 microsievert, y posteriormente se redujo de nuevo a unos 70.
Naoto Takeuchi, citado por el canal de televisión NHK, dijo que "no tenía dudas" de ese número de muertos únicamente en su prefectura, que se encuentra en la región más afectada por el terremoto del viernes. A primeras horas de este domingo, la Agencia Nacional de Policía anunció 688 muertos, 642 desaparecidos y 1.570 heridos.
Esta cifra no incluía a entre 400 y 500 cadáveres encontrados en dos localidades del noreste de Japón, arrasadas por el maremoto. También hay informaciones sobre la desaparición de miles de personas. En la pequeña ciudad costera de Minamisanriku, que prácticamente fue arrasada por las aguas, han desaparecido unas 10.000 personas, indicó poco antes NHK.
En esta ciudad, feudo de la oposición, cuatro manifestantes murieron en los disturbios nocturnos, durante los cuales fue incendiada una comisaría por cientos de personas encolerizadas, mientras otras bloqueaban las calles de algunos barrios con neumáticos en llamas.
En las calles del barrio Dar Saad se registraron enfrentamientos durante la noche entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Otras dos personas murieron el sábado en Saná cuando la policía disparó contra los manifestantes que acampan desde el 21 de febrero en la Plaza de la Universidad para exigir la partida del presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, que lleva 32 años en el poder.

Casi 600.000 evacuados por la catástrofe en Japón, según la Oficina de Ayuda Humanitaria de la ONU
Según los últimos datos, 380.000 personas fueron evacuadas de las zonas afectadas por ambas catástrofes naturales, mientras que 210.000 han sido evacuadas del área de 20 kilómetros alrededor de la central nuclear de Fukushima, donde se registró una explosión tras el seísmo. De un primer reactor nuclear con problemas, la preocupación se ha extendido a un segundo en el que el sistema de enfriamiento de emergencia ha dejado de funcionar. Además, las autoridades niponas han declarado la alerta nuclear en la planta nuclear de Onagawa, unos 150 kilómetros al norte de Fukushima.
El organismo de la ONU señaló también que varias áreas de la costa afectada por el tsunami "permanecen inaccesibles". Por el momento, 3.000 víctimas han sido rescatadas, pero se teme particularmente por la mitad de los 10.000 residentes del poblado de Minami-Sanriku-cho (prefectura de Miyagi, en el norte de Japón) que fue arrasado por el tsunami.
Del océano Índico a Nueva Zelanda, de ahí hasta Japón y hacia el norte hasta alcanzar la península rusa de Kamtchatka; finalmente quedan el salto al continente americano y su recorrido hacia el sur, desde Alaska hasta la Antártida. La placa tectónica del Pacífico choca contra la de América del Norte, bajo la cual se desliza a una velocidad de unos siete centímetros al año, y en el sur se aleja de la Indo-Australiana y colisiona con las de Nazca, Cocos y la Antártica.
El movimiento del planeta se produce a decenas de kilómetros bajo la corteza terrestre, pero sus efectos causan la devastación en la superficie, ya sea como consecuencia de terremotos como los que arrasaron el noreste de Japón el viernes y la ciudad neozelandesa de Christchurch el pasado día 22, por los tsunamis que provocan esos maremotos, como el que se cobró 230.000 vidas en 2004 y que podrían sumergir buena parte de los pequeños Estados insulares del Pacífico, o por la erupción de volcanes como los que siempre están al acecho en Indonesia y Filipinas, la zona más caliente de este círculo de muerte. Pocas horas después del temblor en Japón, el Karangetang, en la isla indonesia de Célebes, comenzó a escupir lava, muestra de la velocidad con la que se contagian los diferentes elementos del anillo de fuego.
Las protestas en Wisconsin, que han alcanzado ya su tercera semana, ha desencadenado una lucha nacional por los esfuerzos de varios gobernadores de estados con dificultades presupuestarias para frenar el poder de los sindicatos.
Los republicanos han afirmado que las medidas son necesarias para controlar los presupuestos deficitarios. Los demócratas y sus aliados sindicales dicen los republicanos están atacándoles a través de propuestas anti sindicales.
Los manifestantes han vitoreado a los senadores demócratas a su retorno a Wisconsin, después de que abandonaran el estado rumbo a Illinois hace tres semanas en un intento de bloquear la votación y conseguir que Walker se planteara la medida.

Una persona sospechosa de estar contaminada con radiación es evacuada en la ciudad de Nihonmatsu
Decenas de miles de personas de localidades situadas alrededor de la planta han sido evacuadas, pero incluso los que supuestamente se encuentran fuera de la zona de riesgo tratan de huir. "No sabemos lo que está pasando. El Gobierno está mintiendo. Temo que sea otro Chernóbil", asegura Onoda esperando su turno para poner gasolina en una estación de servicio de la autopista de Tohoku.
Un hombre recorre la línea de coches, de medio kilómetro de largo, izando un cartel en el que ha escrito lo que está dispuesto a pagar por un bidón de combustible: '50.000 yen' (cerca de 500 euros).
Zapatero, el PSOE, Rajoy, el PP, partidos fascistas y populistas como el MSR o Alianza Nacional, medios de comunicación como El Mundo o Intereconomía... todos vosotros, más o menos implicados, cometistéis el mayor atentado que ha conocido Europa, y como vivimos en el Estado en el que vivimos, le echastéis la culpa a los de siempre. Primero, a ETA, luego, a varios inmigrantes de origen árabe que eran, básicamente, mangantes de barrio, pequeños narcotraficantes, proxenetas o confidentes de la Policía, a los que acusastéis de pertenecer a una macro-red terrorista internacional, llamada Al Qaeda, de la cual me vais a permitir que dude incluso de su mera existencia como tal. ¿Y todo este paripé para qué? Para encubrir la verdadera responsabilidad de lo que sucedió el 11 de marzo de 2004 en aquellos trenes.
Para comprender mejor todo, es necesario remontarnos a los años 60. En plena Guerra Fría, la OTAN llevó a cabo un proyecto denominado Operación Gladio, por todos conocido. Esta operación subrepticia (o no tanto) estuvo financiada por gobiernos de la Europa occidental, que contrató a miembros de la extrema derecha (sobre todo en Italia) para cometer atentados dirigidos contra militantes de, principalmente, los partidos comunistas de los países donde actuaban. No olvidemos el atentado de la Piazza Fontana de Milán, que segó la vida en 1969 de 17 personas, o el de Bolonia en 1980, que dejó 85 víctimas mortales y 200 heridas.
Comentario: El 11-M, 10 años después, 10 preguntas aún sin respuesta sobre los atentados