El Niño de la Sociedad
Cientos de manifestantes sirios incendiaron este domingo el Palacio de Justicia, además de edificios y vehículos que se hallaban en sus alrededores, en Deraa (sur), en el tercer día de protestas contra el gobierno de Siria, comprobó un periodista de AFP.
Varias cabinas de las compañías de teléfono MTN y Syriatel también fueron quemadas en esta urbe, situada a 120 kilómetros al sur de Damasco, capital del país. Los manifestantes intentaron entrar al edificio del gobernador, pero las fuerzas del orden lo impidieron lanzando sobre los asaltantes gases lacrimógenos y disparos de balas reales al aire.
Poco antes, fuentes locales informaron de que un manifestante había muerto este mismo día a manos de las fuerzas de seguridad en Deraa. Miles de personas han salido a las calles de esta ciudad por tercera jornada consecutiva para reclamar más libertades y la excarcelación de presos políticos.
Un militante de los derechos humanos, que se encuentra en el lugar, explicó a la AFP que la policía siria causó este domingo más de cien heridos al dispesar a los manifestantes.

Una joven canta, con la bandera palestina al cuello, en el patio de la Universidad Al Azhar.
El resultado de la jornada de persecución y resistencia fue de 20 chavales detenidos y 10 heridos que debieron ser ingresados en diversos hospitales -entre ellos, un fotógrafo local-, según datos de AFP confirmados por varias autoridades locales. La agencia palestina de noticias Maan informó incluso, pasadas las seis de la tarde, de la muerte de un joven, estudiante de la próxima Universidad Abierta de Al Quds, de 19 años. Se trataría de Baha Yasser Al-Ajla, residente en el campo de refugiados de Bureij. Su fallecimiento, sin embargo, no fue confirmado por fuentes oficiales e incluso varios de sus compañeros afirmaron que seguía detenido en comisaría, "aunque herido de gravedad".
Es lo que relataba anoche, vía correo electrónico, la joven Samia Latuf, estudiante de Enfermería, presente en Al Azhar en el momento del asedio. "Estábamos pintando pancartas en el patio principal del campus cuando un grupo de hombres vestidos de civil rodearon la entrada. Cuando algunos compañeros intentaron salir para buscar más pintura o banderas, nos dimos cuenta que eran policías, porque sacaron sus armas e impidieron que nadie saliera de allí. Un amigo mío, Said Fauter, intentó hablar con ellos, pero le respondieron golpeándole con porras. Él ha sido el primer herido", escribe.

Cerca de 50 muertos y 200 manifestantes heridos en Sanaa después de disparos desde los tejados contra los miles de manifestantes que exigían la salida del presidente Saleh tras 32 años en el poder. Saleh niega que haya sido la policía.
Los manifestantes antiguberamentales seguían concentrados en el plaza Tahrir de Saná, donde ayer la represión de los agentes acabaron con la vida de 52 personas y dejaron 126 heridos, según un reporte reciente de fuentes médicas. El domingo fue declarado día de luto nacional para honrar a las víctimas mortales.
En declaraciones a los medios, uno de los portavoces de la plataforma Aturem la Guerra, Pere Ortega, ha dicho que están en contra del ataque aliado a Libia porque "las bombas que caen desde el cielo no distinguen a militares y a civiles", y no tienen claro que la intervención militar exterior resuelva el conflicto interno.
Ortega considera que ha habido un "interés desmesurado" por parte de algunas potencias por intervenir en Libia y ha apostado por no intervenir militarmente, pero sí aislar totalmente a Gadafi y "sobre todo no comprar petróleo ni gas".
"Si Europa y Estados Unidos aislan económicamente a Libia, Gadafi no puede resistir mucho tiempo", ha añadido el portavoz de Aturem la Guerra, que teme que ante la intervención aliada, el coronel libio se ponga todavía "más duro".
Poco después la agencia de noticias Kyodo aclaró que las informaciones sobre un sobreviviente encontrado hoy en una casa parcialmente derrumbada en Kesennuma, en la prefectura de Miyagi, eran inexactas. Katsuharu Moriya había regresado a su hogar ayer para limpiarlo luego de permanecer en un centro de evacuación desde el pasado día 11.
Sin abandonar las labores de rescate y recuperación de cadáveres en medio de las réplicas, también se priorizan las tareas para avanzar gradualmente hacia cierta normalidad, incluidas las viviendas, misión que se dificulta por la escasez de combustible, entre otros problemas.
En la ciudad costera de Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate, hoy se comenzaron a construir 200 casas temporales en el patio de una escuela secundaria. Un plan similar en un estadio de béisbol en Kamaishi, en la misma región, fue aplazado al no poderse entregar los materiales por falta de combustible para transportarlos.
De acuerdo con informaciones oficiales, 387 mil evacuados permanecen en dos mil 200 refugios. Mientras, los esfuerzos por aliviar la crisis en la planta Fukushima-1, en la prefectura de igual nombre, suman otra jornada centrada en tratar de restablecer los sistemas de enfriamiento de varios de sus reactores a fin de evitar mayores escapes de radiación.
Ese índice es resultado del desarrollo de los sistemáticos programas de control y tratamiento que han realizado las autoridades sanitarias luego del triunfo de la Revolución cubana en 1959, aseveró Antonio Marrero Figueroa, miembro del Grupo Nacional de Enfermedades Respiratorias del Minsap.
Señaló que en Cuba se presentan unos 780 casos de tuberculosis por año, situación muy vinculada al hábito de fumar; además de que la vejez acelera el curso de esa dolencia, cuyo tratamiento se realiza por seis meses y es de tipo ambulatorio. "Cuba tiene las herramientas necesarias para el diagnóstico de esta enfermedad, su tratamiento, y algo tan importante como eso: la capacidad de movilización social para luchar contra ella con el objetivo de tratar de eliminarla al mínimo factible", afirmó.
La mayor de las Antillas aplica desde 1971, de forma gratuita, la estrategia recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control del mal, conocida como Tratamiento de Observación Directa (DOTS, por sus siglas en inglés). Los métodos de diagnóstico en la isla "desde el barrio" se hacen mediante baciloscopía, el examen y el cultivo de "esputo" del paciente, a los que se añade la biología molecular.
"Los funcionarios del concejo local que pasaron por mi casa anunciaron mediante altavoces que no debíamos salir ni dejar que entrara aire, a fin de protegernos de la radiación", dijo Oogusa a IPS a través de una intermitente línea telefónica. "Hago un esfuerzo por no perder las esperanzas, porque me estoy quedando sin alimentos y me pregunto qué ocurrirá", agregó.
Oogusa, quien vive en la aldea de Iwachiku, soportó el terremoto de nueve grados en la escala de Richter que el 11 de este mes azotó Japón. El sismo sacudió su casa, dejándola sin agua ni calefacción, pero ella nunca imaginó que además quedaría "prisionera".
"Estoy enojada y triste a la vez por el horror que estamos enfrentando. Siempre estuve en contra de que hubiera centrales nucleares en nuestra área, pero no podía hacer nada al respecto", dijo.
Una semana después del terremoto y del tsunami de 10 metros de altura que devastó la norteña región de Tohoku, Japón, un país sísmico que cuenta con la más avanzada tecnología para el manejo de desastres, enfrenta graves problemas.
Muchos países han aconsejado a sus ciudadanos que abandonen Japón. "Esto es territorio desconocido. Hay 50 por ciento de posibilidades de que pierdan los seis reactores y sus estanques de almacenamiento", dijo Jan Beyea, físico nuclear en la firma consultora estadounidense Consulting in the Public Interest. "Estoy sorprendido de que la situación no se haya agravado más rápido... Pero si no hay avances será cuestión de días antes de que el combustible usado se derrita", dijo Ed Lyman, físico en la Unión de Científicos Comprometidos y experto en diseño de plantas nucleares.
La central de Fukushima Daiichi, en el oriente de Japón, fue dañada por un poderoso terremoto y un tsunami el 11 de este mes.
Se calcula que hay unas 1.700 toneladas de combustible atómico usado pero todavía peligroso en los estanques de almacenamiento cercanos a los seis reactores, según Kevin Kamps, especialista en desechos radiactivos de la organización ambientalista estadounidense Beyond Nuclear.
Una estación de detección de radiación localizada en California detectó material radiactivo procedente de la siniestrada planta nuclear japonesa de Fukushima. No hay detalles sobre los índices exactos pero las autoridades aseguran que no son perjudiciales para la salud humana. Sin embargo, al otro lado del océano, en Japón, el miedo a una catástrofe nuclear está llevando a miles de personas a abandonar el país.
Los meteorólogos ya afirmaron que la radiación llegaría a las costas estadounidenses al cabo de una semana. El jueves los expertos meteorólogos y de salud de EE. UU. vaticinaron que los primeros isótopos radiactivos provenientes de Fukushima podrían llegar el viernes a la costa oeste del país, aunque en dosis inofensivas para la salud. Y la estación situada en Sacramento detectó ya pequeñas proporciones de radionúclidos.
Sin embargo, el secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO), Tibor Tóth, no precisó las cantidades exactas de radiación aunque descartó que pudieran ser consideradas dañinas para la salud humana.
El bloqueo temporal a la entrada en vigor de la ley antisindicatos recién aprobada busca comprobar si hubo violaciones del procedimiento legislativo durante su aprobación, y podría complicar la aplicación de la medida.
El pasado 9 de marzo, pese a la ausencia de los senadores demócratas, los 19 congresistas conservadores tomaron la decisión de votar las medidas por separado, y las aprobaron con 18 votos.
El miércoles pasado, el fiscal del condado de Dane, Ismael Ozanne, interpuso una demanda a petición de los demócratas, acusando a los conservadores de emprender maniobras que habían violado las leyes del debate legislativo y haber votado sin dar aviso 24 horas antes, como lo establece la ley en Wisconsin