¿Qué traerá 2012 para la ola global de protesta iniciada el pasado año? ¿Alcanzó el estallido de furia que nació en Túnez su apogeo en el distrito financiero de Manhattan? ¿O todavía veremos en 2012 una escalada de la política de disenso?© Desconocido
La respuesta es alarmante pero previsible:
probablemente veremos una centralización mucho más coordinada de la represión y una urgencia por aprobar leyes que limiten los derechos humanos, tanto en países desarrollados como subdesarrollados. Aunque también es probable que haya una importante reacción de los movimientos de base.Lo que nos muestra este drama de protesta y represión cada vez más globalizado es el poder del capital para hacer estragos con la autoridad de gobiernos elegidos democráticamente. Desde el punto de vista de los intereses corporativos globales, sociedades cerradas como China ofrecen un ambiente más propicio para los negocios que las problemáticas democracias, donde los costos son mayores por la presencia de sindicatos, altos niveles de protecciónde los derechos humanos y una prensa fuerte.
La contrarreacción a la protesta muestra semejanzas en todo el mundo, lo cual es indicio de que los actores estatales y corporativos ya
están aprendiendo "mejores prácticas" para reprimir el disenso y al mismo tiempo mantener en pie fachadas democráticas. En Reino Unido, el primer ministro, David Cameron, ha impugnado la legislación sobre derechos humanos; la Policía Metropolitana pidió autorización para disparar contra manifestantes pacíficos con balas de plástico; además, la Policía distribuyó entre varias empresas londinenses "de confianza" un informe sobre la amenaza terrorista, con referencias al movimiento de ocupación y alusiones a "activistas sospechosos".