El Ejército de Libia se enfrentó el domingo en duros combates con milicias islámicas, que al parecer intentaban retomar uno de sus principales campamentos en la ciudad oriental de Bengasi, dijeron funcionarios militares.© XinhuaLibios participan en una ceremonia para recordar el tercer aniversario del asesinato del ex líder Muammar Kaddafi, en la Plaza de los Mártires, en Trípoli, en imagen del 23 de octubre.
Al menos 130 personas han muerto en los diez últimos días en combates callejeros en la segunda mayor ciudad de Libia, como parte de un amplio escenario de caos en este importante productor de petróleo, tres años después del asesinato de Muammar Kaddafi.
El incipiente Ejército, apoyado por fuerzas de un ex general y jóvenes armados, lanzó a principios de este mes una ofensiva contra los islamitas en Bengasi, expulsándoles de una zona aeroportuaria y del campamento 17 de Febrero, uno de sus bastiones en la ciudad portuaria.
Pero los últimos combates entre el ejército y Ansar Sharia -señalado por Washington como responsable del ataque en 2012 contra el consulado de Estados Unidos en el que murió el embajador- estallaron en el campus universitario y en otras zonas próximas al campamento.
Las unidades militares también combatieron a los islamitas en otras partes de la ciudad, dijeron los residentes. Se pudo ver a familias empacando y huyendo, una imagen habitual en Bengasi, convertido en un campo de batalla desde que el ex general Khalifa Haftar declaró la guerra a los islamitas en mayo. Ahora se ha aliado con el Ejército.
Comentario: La tensión parece estar aumentando debido a este caso que expone una grave crisis social en México, ya que éstas no fueron las únicas desapariciones y, además, debido a la implicación de fuerzas estatales en las mismas. Es normal que haya una respuesta como tal ante la rabia que puede provocar la situación y la injusticia de que los verdaderos culpables siempre permanezcan impunes, pero esto solamente pondría presión para que las autoridades encuentren algún chivo expiatorio a quien culpar y no necesariamente llevaría a la resolución del problema de fondo, es decir, un gobierno inepto y la conveniencia de mantener la crisis en México para que siga cumpliendo su papel de "patio trasero" del Tío Sam. Vea también:
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