Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García.
"Existe una obra maestra - la celda hexagonal - que llega a la perfección.
Ninguna criatura viviente, ni siquiera el hombre, ha conseguido en su esfera de acción lo que ha conseguido la abeja en la suya. Si nos visitara un ser de otro mundo y nos preguntara por la creación más perfecta de la lógica de la vida deberíamos mostrarle la humilde celda de un panal de miel."
Maurice Maeterlink, La vida de las abejas, 1924
Abejas obreras trabajando en un panal de miel
¿Cuál es el animal más importante para el ser humano? En tiempos prehistóricos, el perro ayudó a que el hombre - cazador y recolector - se transformara en el máximo predador. Más tarde, la civilización humana se construyó a lomos del caballo. Pero hace alrededor de 11.500 años, cuando el hombre empezó a construir asentamientos permanentes y creó la agricultura, las abejas surgieron como el animal decisivo para la supervivencia humana.
Hoy, mediante la polinización de los cultivos de todo el mundo, las abejas aseguran la alimentación de 7.000 millones de personas. La mayor parte de lo que comemos (y de todo el algodón que utilizamos) está en parte producida por el duro trabajo de las abejas. En su libro de 2011
The Beekeeper Lament (el lamento del apicultor), la periodista Hannah Nordhaus describió así a las abejas: "constituyen el aglutinante que mantiene la integridad de la agricultura".
Por supuesto, la importancia de las abejas no se limita a los seres humanos. Mediante la promoción de la reproducción de los angioespermas de las plantas en flor, las abejas son también cruciales en la supervivencia de otras especies animales que se alimentan de esas plantas y sus frutos para sobrevivir.
De hecho, la ecología de todo el planeta Tierra ha sido conformada por las abejas. Desde su evolución a partir de la avispa hace unos 100 millones de años, las abejas han estado condicionando la evolución de la vida vegetal.
Lamentablemente, en los últimos tiempos, no hemos tratado bien a nuestras amigas las abejas. Se estima que la utilización de pesticidas - sobre todo los neonicotidenoides, que se emplean regularmente con el maíz, la soja, la colza y otros cereales, como también muchas frutas y vegeteles - ha matado a unos 250 millones de abejas en pocos años. Aplicados a las plantas, los neonicotidenoides viajan por su sistema vascular y aparecen las raíces, el polen y el néctar que es llevado por las abejas a su colmena, pero también a otros seres vulnerables que estaban en la mira, desde las lombrices de tierra a los pájaros e incluso los murciélagos.
En una entrevista de 2012, el doctor Reese Halter, biólogo conservacionista, experto en abejas y presentador de la serie televisiva Dr. Reese's Planet, de PBS Nature, dijo:
"Es muy claro que las abejas están tratando de decirnos algo. La forma en que estamos operando... no funciona. Hemos perdido un cuarto de billón de abejas, muertas prematuramente, en los últimos cuatro años". Esta drástica disminución de la población de abejas ha sido atribuida al Trastorno del Colapso de la Colmenas (CCD, por sus siglas en inglés), una combinación de efectos letales, entre los que se incluyen patógenos, parásitos y pesticidas que han diezmado las colmenas desde al menos 2006.
Comentario: ¿Se imaginan vivir en esas condiciones? Evidentemente, la estrategia israelí es hacer la vida imposible a los palestinos, para que renuncien ya sea a su tierra o a su vida.