© IPS/Naimul HaqLa bangladesí Shirin Aktar, una adolescente que se resistió a un matrimonio precoz, junto a su madre.
RANGPUR, Bangladesh, 8 jul 2013 (IPS) - Shirin Aktar tenía apenas 13 años cuando sus padres decidieron que era tiempo de que se casara. Eran pocas las oportunidades que se abrían entonces ante ella, la hija mayor de una familia conservadora procedente del distrito de Rangpur, en el norte de Bangladesh.Como Shirin no tenía educación formal ni perspectivas laborales, contraer matrimonio con su primo de 31 años le pareció a su entorno familiar lo mejor para evitar una vida de pobreza abyecta.
Esta niña de hablar suave dijo a IPS que sus padres nunca la consultaron sobre su decisión. Su padre carecía de un trabajo estable, y la familia no tenía una vivienda propia. Aceptar la propuesta de un empresario de posición económica relativamente buena les pareció la opción obvia para su hija.
Pero su familia ignoraba que ella tenía otros planes. Determinada a cumplir su sueño de ir a la universidad, la adolescente contó con la ayuda de sus compañeros de "Niños Periodistas", una organización de niñas y varones del lugar que "se oponen a la injusticia social y crean conciencia sobre los derechos infantiles", dijo Aktar Aktar.
Sentada en su casa de la aldea de Arajemon, ubicada unos 370 kilómetros al noroccidente de Dhaka, ella, que acaba de cumplir 18 años, confesó haber visto a demasiadas amigas y parientas sufrir mucho a consecuencia de matrimonios precoces, experimentando desde violencia doméstica a manos de familiares políticos hasta fuertes cargas de tareas en el hogar.
Aktar supo que no podía seguir el mismo camino que ellas. Pero negarse a la voluntad de sus padres no era fácil: requería valentía y un enorme apoyo de sus pares.