De visita en Oaxaca, el investigador de la Universidad de Berkeley, en California, apunta en entrevista con La Jornada que el descubrimiento que hizo hace 12 años en la sierra Norte de esta entidad, ayudó a detener la entrada del maíz transgénico al país y considera que varias veces las autoridades han estado con la pluma en la mano para dar esas autorizaciones, pero saben que con ello irían en contra de la mayoría de la población.
Señala que las empresas apenas han logrado desarrollar dos productos en cuatro variedades de plantas y tienen presencia en unos cuantos países, y aunque quieren entrar a naciones como México, centro de origen del maíz. El transgénico es un grano al que en laboratorio se inserta un gen de una especie ajena.
- ¿Por qué la urgencia de que se les autoricen los cultivos comerciales de maíz en el país?
- La desesperación por conseguir estos permisos la explica la situación histórica de la industria. La producción de maíz de México es menor comparada con la de Estados Unidos y otros países. ¿Por qué están empecinados en entrar aquí? Para mantener la versión de que los transgénicos tienen aceptación, porque son productos útiles y productivos, lo cual hace crecer su presencia.