"Asómate a la ventana para ver lo que te mereces". Estas fueron las últimas palabras de F. J. B. C., de 51 años, a su exmujer. Eran las seis de la mañana de este lunes. Después de pronunciarlas estrelló su coche con su hijo de 10 años dentro contra una glorieta cercana, en el municipio grancanario de Vecindario. El vehículo comenzó arder y los bomberos tardaron más de seis horas en sacar los cadáveres carbonizados. La madre del menor ya había denunciado a su expareja varias veces por malos tratos.
© AtlasEl coche quedó calcinado después de que el hombre lo estrellara.
La Guardia Civil ha abierto dos líneas de investigación y ha descartado que se trate de un accidente. Por un lado, las pesquisas intentan averiguar si el hombre roció con gasolina el interior del coche y le prendió fuego antes de estrellarlo contra la rotonda. Y por otra parte, los agentes creen que el menor podría haber muerto antes del impacto, pues su cadáver presenta cuatro heridas de arma blanca. Además, en el posterior registro del domicilio del padre se han hallado restos de sangre.
Los agentes, tras interrogar a los vecinos y testigos, descubrieron que el fallecido, antes de estrellar su vehículo, hizo una parada en un edificio cercano para visitar a su exmujer y madre del menor, de la que llevaba separado más de seis años. Según el testimonio de una vecina, el hombre llamó al telefonillo y dijo: "Asómate a la ventana para ver lo que te mereces". Acto seguido estrelló el vehículo, que ardió en llamas.
Según han explicado los vecinos, la madre del menor no se atrevió a salir del domicilio por miedo a su expareja. Tras escuchar la amenaza del hombre por el telefonillo, comenzó a gritar: "Se ha llevado a mi hijo, ha matado a mi hijo".
El presunto asesino, que era natural de A Coruña y actualmente residía en la localidad grancanaria de Arinaga, tenía antecedentes por malos tratos contra la mujer. En 2007, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de San Bartolomé de Tirajara dictó una orden de alejamiento, que expiró en marzo de 2008. La orden le prohibió acercarse a su pareja a menos de 500 metros, durante unos siete meses, así como comunicarse con ella por ningún medio.