El Niño de la Sociedad
El aumento descomunal de la inscripción de 49 a 800 dólares persigue el solapado objetivo de privatizar la casa de altos estudios y evitar el acceso a ella de las clases populares. El paquete de medidas dictadas por el gobierno colonialista de Estados Unidos y encauzadas por la administración anexionista de Luís Fortuño va contra la universidad y contra todo Puerto Rico.
Las privatizaciones, y las sensibles reducciones del presupuesto de la educación, la salud, la cultura y la asistencia social, forman parte de una política que ahora se vuelca contra los estudiantes.
Antes, declararon en cesantía a más de 30 mil empleados públicos, congelaron salarios y las llamadas alianzas público-privadas que, aun cuando se dijo no estaban previstas en el ajuste, llegaron a la Universidad aduciendo su elevado costo al presupuesto.
En medio de la creciente inquietud de los líderes de los países árabes, las manifestaciones se multiplicaron ayer en el norte de Africa y en Medio Oriente, en sintonía con la protesta que sacude Egipto desde hace tres semanas.
En la capital argelina se volvieron a registrar huelgas, saqueos y actos de autoinmolación en protesta contra el régimen, mientras Argel se prepara para convertirse mañana en el escenario de una gran manifestación opositora, que todo indica que se realizará a pesar de la prohibición del gobierno.
Los opositores piden reformas democráticas y un fin inmediato del régimen autoritario de Abdelaziz Bouteflika, de 73 años, en el poder desde 1999. Bouteflika prometió recientemente varios cambios, entre ellos poner fin al estado de excepción vigente desde hace 19 años. Varios rumores apuntaban ayer a que antes de la marcha opositora se podría legalizar a cuatro partidos prohibidos hasta ahora.
Un impresionante dispositivo policial, integrado por cerca de 30.000 agentes, se desplegará en Argel mañana. El diario Echuruk informó que las fuerzas, la mitad de ellas compuestas por unidades antidisturbios, han recibido instrucciones de evitar incidentes en la protesta, aunque se les ha prohibido utilizar fuego real contra los manifestantes.
En la emblemática plaza, donde desde hace 17 días ocurren las mayores protestas registradas en la historia reciente de Egipto, los asistentes tomaron sus zapatos en la mano y golpearon fotos del presidente, un gesto que denota gran desprecio entre los árabes.
Mubarak señaló en su intervención trasmitida en vivo por la televisión estatal que había considerado "delegar al vicepresidente de la República los poderes y las prerrogativas, de acuerdo con la Constitución" del país.
También prometió favorecer una transición pacífica y aseguró estar dispuesto a modificar cinco artículos de la Carta Magna relativos a los requisitos para postularse a presidente y la duración de los mandatos.
En medio de gritos de protestas en la plaza Tahrir, Mubarak prometió "una transición pacífica hasta septiembre". "No voy a aceptar ser sujeto de la presión extranjera", agregó, mientras los manifestantes lanzaban zapatos en señal de protesta. "No dudaré en castigar a los responsables de la violencia", dijo Mubarak. Y aseguró que "la sangre de los muertos por la violencia no será en vano".
Mubarak además dijo que encomendó modificar seis artículos de la Constitución. Previamente, surgió la versión de que el mandatario transferiría el poder a su vicepresidente, Omar Suleiman; sin embargo, anunció que sólo le transferiría poderes, aunque no especificó cuáles.
"Como panameños nos sentimos indignados que se abran las puertas para que gobiernos extranjeros vengan a nuestro país a explotar minas a cielo abierto" dijo Boris Sánchez, vocero del Bloque Popular Universitario, a la AFP, asegurando que ocho estudiantes resultaron heridos.
"Entre 70 y 80 estudiantes de la Universidad de Panamá realizaron un cierre de calles de forma violenta lanzando objetos contundentes, tanques de basura, incendiando llantas (neumáticos) e incluso utilizando una suerte de bazoka casera lanzaron fuegos artificiales contra la Policía", dijo una fuente policial.
"Hasta el momento no tenemos una cifra de detenidos", añadió la fuente policial.
Kareem Amer, quien estuvo cuatro años preso en Egipto por escribir en su blog, desapareció de las calles de El Cairo tras abandonar la Plaza Tahrir con un amigo, según el sitio cyberdissidents.org. El grupo supone que Amer se encuentra ahora entre los cientos de periodistas y activistas de derechos humanos detenidos por el régimen del dictador egipcio Hosni Mubarak, y acaba de lanzar una campaña para exigir su liberación.
Kareem Amer desapareció justo antes de que Wael Ghonim fuera liberado. Ghonim es un ejecutivo de Google de 30 años de edad que ayudó a administrar la página de Facebook que tuvo un papel decisivo en la organización de las protestas del 25 de enero en Egipto. La página se llama "Todos somos Khaled Said" en honor a un joven asesinado por la policía en Alejandría en junio de 2010. Una foto del cadáver de Khaled Said apareció en Internet. Tenía signos de haber recibido golpes brutales en la cara. Ghonim viajó a Egipto para participar en las protestas, y fue arrestado y detenido en forma secreta por el gobierno egipcio durante 12 días. El canal de televisión egipcio Dream 2 lo entrevistó tras su liberación. En la entrevista Ghonim se derrumbó y rompió en llanto frente a las cámaras cuando le mostraron las fotos de muchos de los que habían sido asesinados en las protestas. "Dijimos que lucharemos por nuestros derechos y por nuestro país. No soy un héroe. Solamente estaba utilizando el teclado en Internet. Nunca puse mi vida en peligro. Los verdaderos héroes son los que están ahí afuera".
"Parece como si la revolución ocurriera sólo en Tahrir, pero eso es porque es muy difícil para la prensa ir a otras ciudades", dijo el activista Mohamed Hussein. "El gobierno impide que los periodistas viajen a muchas áreas".
Mubarak dio un discurso este jueves anunciando que transferiría algunos poderes a su vicepresidente, Omar Suleimán, pero no renunciaría antes de las elecciones de septiembre. Esto provocó una airada reacción de los manifestantes reunidos en la plaza Tahrir.
En los últimos días se han reportado también grandes protestas antigubernamentales en las norteñas ciudades de Alejandría, Damanhour, Mansoura, Suez y Puerto Saíd, así como en las sureñas de Assiut, Luxor y Aswan.
El aparato Fairchild Metroliner fue alquilado a la aerolínea española Airlada por la compañía Manx2 radicada en la isla británica de Mann. 10 pasajeros viajaban en la aeronave, todos hombres, mientras que los otros dos eran pilotos, uno de los cuales español, empleado de la propietaria. El vuelo procedía de Belfast, al norte de la misma isla, que corresponde a Reino Unido.
Mientras, Egipto se preparaba para nuevas protestas multitudinarias este viernes de oración, después de que el presidente Hosni Mubarak se negara a renunciar al cargo como le piden a gritos en la calle cientos de miles de personas desde hace más de dos semanas.
En la plaza Tahrir (Liberación) de El Cairo, centro neurálgico de las protestas masivas contra el régimen de Mubarak, miles de personas pasaron la noche en la calle indignadas ante la obstinación del presidente, que se aferra al poder. "¡Vete, vete!", "Te vamos a enterrar bajo tierra", clamaba la multitud en la plaza, donde el número de carpas no deja de crecer todos los días, comprobó la AFP en el lugar.
La plaza rugió su descontento toda la noche, con estruendo de discursos, música y consignas contra el régimen sólo interrumpidas por el breve silencio impuesto por la oración de las cinco de la madrugada.
A lo largo de la noche, miles de personas han ido acampando en la plaza Tahrir, epicentro de las protestas. Un activista opositor al régimen, Ramy Raoof, declaró esta noche a la cadena de televisión Al Yazira que las manifestaciones de este día serán pacíficas y que si estallase la violencia habría que atribuírsela al régimen, y no a los manifestantes.
Asimismo, miles de personas han rodeado los accesos al Parlemento egipcio, próximo a la plaza Tahrir de El Cairo, han rodeado las sedes de la radio y la televisión estatales y, desde primeras horas de la noche, se han dirigido al palacio presidencial, en el barrio de Heliópolis, para manifestar su descontento con el discurso de Hosni Mubarak.
Esta mañana, unas pocas decenas de manifestantes se concentraron en el exterior del palacio presidencial sin que el Ejército hiciera nada para disolverlos. "Abajo, abajo Hosni Mubarak", gritaron los manifestantes, según pudo confirmar Reuters. Un cartel con el mismo mensaje fue colgado en la alambrada de espinos que impedía el acceso a una de las entradas del palacio.