© DesconocidoLa especulación financiera y sus consecuencias exponen claramente el accionar psicopático de un pequeño grupo que gobierna el globo
Una recaída en la recesión económica está en marcha en el mundo industrializado. Los niveles reales de desempleo en Estados Unidos están por las nubes. No se trata ya de cesantía a corto o mediano plazo, sino del aumento de un desempleo crónico, que supera los dos años y alcanza hasta los cuatro años y que rememora los niveles de desempleo durante la Gran Depresión de los años 30 del siglo 20, y quizás por eso la Oficina de Estadísticas Laborales de Washington ha decidido reincorporar en sus estadísticas a los cesantes que están más de dos años sin empleo (1). En junio pasado la tasa oficial de desempleo en Estados Unidos fue de
9.2 por ciento. La tasa ampliada, llamada U6, estaba por encima del
17 por ciento, y si se utiliza la antigua definición de desempleo del Departamento del Trabajo estadounidense (SGS-Alternate, abandonada en 1994 pero utilizada aún por economistas para calcular la cesantía a corto, mediano y largo plazo) es de
22.8 por ciento de la fuerza laboral del país (2). Y dejaremos de lado el subempleo o empleo a tiempo parcial, que afecta a una creciente proporción de trabajadores y en las estadísticas oficiales es considerado como "empleo" a tiempo completo.
La situación es similar en países europeos no afectados directamente por la "crisis de la deuda", como Francia o Gran Bretaña, donde las estadísticas oficiales tampoco computan el desempleo a largo plazo, la exclusión definitiva del mercado laboral y el subempleo. Pero la situación laboral es y
será mucho peor en los países afectados por la crisis de la deuda y que están siendo obligados a aplicar severos programas de austeridad, como Grecia (16 por ciento de cesantía sin computar el desempleo a largo plazo y la imposibilidad para los jóvenes de incorporarse al mercado laboral) o España (21 por ciento de desempleo oficial), para citar dos casos.