Traducido del inglés para
Rebelión por Germán Leyens
© Desconocido
Cuando bombardearon Corea, Vietnam, Laos, Camboya, El Salvador y Nicaragua no dije nada por no era comunista. Cuando bombardearon China, Guatemala, Indonesia, Cuba, y el Congo no dije nada porque no lo sabía.
Cuando bombardearon el Líbano y Granada no dije nada porque no lo comprendía. Cuando bombardearon Panamá no dije nada porque no era narcotraficante. Cuando bombardearon Iraq, Afganistán, Pakistán, Somalia, y Yemen no dije nada porque no era terrorista. Cuando bombardearon Yugoslavia y Libia por razones "humanitarias" no dije nada porque sonaba muy honorable. Luego bombardearon mi casa y no quedó nadie que dijera algo a mi favor. Pero en realidad no importaba. Estaba muerto. (1)
Los objetivosSe ha convertido en un lugar común que se acuse a EE.UU. de escoger como objetivos de sus bombas solo a gente de color, del Tercer Mundo, o musulmanes. Pero hay que recordar que una de las campañas estadounidenses de bombardeo más continuas y feroces de EE.UU. en nuestros tiempos - 78 días consecutivos - fue contra la gente de la antigua Yugoslavia: blancos, europeos, cristianos. EE.UU. es un bombardeador que garantiza igualdad de oportunidades.
Las únicas cualificaciones que necesita un país para convertirse en objetivo son: (A) Que represente un obstáculo - de cualquier tipo - para los deseos del Imperio Estadounidense; (B) Que no posea armas nucleares; (C) Qué esté virtualmente indefenso ante los ataques aéreos.