© Desconocido
El crecimiento de los casos de violaciones a niñas y niños en Sri Lanka inquieta a defensores de los derechos humanos y llevó al gobierno a considerar la aplicación de la pena de muerte para ese delito.Una declaración ante el parlamento en mayo, representantes del gobierno informaron que
1.169 de las 1.450 violaciones a mujeres reportadas en 2011 fueron contra menores de edad.
A comienzos de este mes, la policía señaló en un comunicado que más de 700 casos de violaciones o abusos contra niños y niñas fueron presentados la primera mitad de este año, un promedio de cuatro por día.
Pero, según la Autoridad Nacional de Protección a la Infancia,
la situación es mucho peor que la informada por la policía, y estima que unos 20.000 casos de abusos a niños y niñas habrían ocurrido en los primeros seis meses de este año.
Entre los factores que la Autoridad identifica para que se produzcan esos abusos se encuentra la inseguridad en la que viven los menores, su fácil acceso a teléfonos celulares e Internet, su creciente consumo de drogas y la falta de educación sexual.
Un estudio de octubre de 2011 sobre abuso infantil en las zonas centro y norte de Sri Lanka, donde las condiciones de vida aún son inestables luego de que fuera derrotada en 2009 la insurgencia separatista, mostró que 30 por ciento de los casos eran de niñas menores de 15 años que tenían sexo consensual con hombres adultos.
Setenta por ciento de los casos fueron atribuidos a "la fortaleza, el poder y el dominio de los perpetradores, que podrían ser familiares, maestros o autoridades religiosas", dijo a
IPS un alto funcionario de la fiscalía general que pidió anonimato. "Mientras hacemos nuestra parte, la sociedad también debe tomar en serio este tema", señaló.