OF THE
TIMES
[...] Que la época en la que vivimos está ponerizada es obvio. Para aquellos que todavía están en duda, no hace falta más que consultar la sección "El niño de la sociedad" de este sitio. Usted encontrará muchos ejemplos de todo tipo de actos del "final de los tiempos", de degeneración y todo tipo de hechos, cada uno más preocupante que el otro. ¿Podemos confiar en las decisiones de una sociedad tal? Probablemente no. ¿Son éstas las de un grupo de personas con un interés en el asunto? ¿Serían ellos más confiables? Obviamente no. Así que tenemos que tener esto en cuenta cuando se habla de "cambio de mentalidad", "la evolución de la moral", "desafiar lo prohibido" y "concepto tabú". También hay que tener en cuenta que este grupo con un interés en el caso, tratará de explotar la ponerización de la sociedad para sus propósitos. [...]
A pesar de estos ejemplos asombrosos de la degeneración moral, siempre habrá personas que tienen, ellas mismas, una conciencia y facultades intelectuales, y que saben que manipular o forzar a un niño a tener relaciones sexuales es un acto puramente abyecto que merece ser castigado, y los niños del mundo entero deben ser protegidos. Y vista la poca cantidad de gente de conciencia que no han alcanzado un grado terminal de ponerización, es nuestro deber llamar la atención, incansablemente, sobre esta perversión. Hable a su alrededor, cite las encuestas, haga leer los artículos, llame a las cosas por su nombre, recuerde las estadísticas. Y hablando de estadísticas, aquí están algunas cifras, en forma conclusión: los casos denunciados de abuso infantil (y es bastante seguro estimar que sólo representan una parte de las cifras!) entre 1963 y 1988 han sido de 150.000 a 2.000.000 POR AÑO, lo que representa un incremento del 1300% en 25 años.
El abuso de los niños, del cual forman parte la pedofilia y la pornografía infantil, es una epidemia. Callar, es propagarla. Callar, es ser cómplice.
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