Historia Secreta
Se trata de un descubrimiento "notable y sorprendente", al señalar que se desconocía que la Cultura Wari, preinca, había llegado a tener presencia en el territorio de Cusco, lo que da pistas sobre una notable expansión de los waris y posible relación con los Incas, cuyo centro era Cusco.
Cusco, capital del imperio Inca, está ubicada a mil 165 kilómetros al sureste de aquí, y Huanta, capital de Ayacucho, a 575 kilómetros de Lima y no había hasta el hallazgo reciente ningún vestigio de su presencia fuera de territorio ayacuchano.
El arqueólogo Luis Lumbreras explicó que Espíritu Pampa se encuentra en la selva tropical de Cusco, un territorio al que se creía los incas solo llegaron en un repliegue para desde allí iniciar la resistencia contra los conquistadores españoles.
Lo que se ha descubierto es espectacular; es el primer rey que se ha encontrado en ese territorio, añadió Lumbreras, al resaltar la importancia de los pectorales, coronas, brazaletes de oro y cerámica preciosa, elaborada con técnicas poco conocidas.

BRONTOMERUS. Los científicos lo apodaron “Muslos de Trueno” ya que sus extremidades eran tremendamente poderosas.
Según los paleontólogos, el Brontomerus vivió durante el periodo cretácico, que finalizó hace unos 65 millones de años. Y se caracterizaba por sus poderosos muslos y cuerpo atlético. De ahí su nombre que quiere decir "Muslos de Trueno".
En el descubrimiento se encontraron huesos fosilizados de dos especímenes de Brontomerus, un adulto y un joven. Estos fueron hallados en una cantera de Utah en 1990 por investigadores y fueron transportados a un museo "donde permanecieron durante 5 y 10 años hasta que unos colegas y yo nos fijamos", señaló Mike Taylor, del University College de Londres, uno de los investigadores que reconoció que se trató de una nueva.
Los paleontólogos especulan que el espécimen más grande es la madre del más chico y que podría haber pesado alrededor de 6 toneladas. Lo mismo que un elefante grande y medía unos 14 metros de longitud, lo que equivaldría a la altura de tres jirafas macho.

Expertos creen que el declive de Tula fue por el debilitamiento de las élites de poder, por el levantamientos de súbditos y el agotamiento de los alimentos, causado por un cambio climático.
Que el actual cambio climático produce epidemias y hasta alteraciones sociales no es una novedad. Dos de las grandes civilizaciones precolombinas que habitaron el altiplano en la antigua Mesomaérica pudieron ser víctimas de constantes alteraciones climáticas que los llevaría, incluso, a la decadencia.
Expertos de la Universidad de Arizona y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) lograron documentar por primera vez, a partir de la dendrocronología (análisis y fechamiento de los anillos de crecimiento en los árboles), las fechas en que ocurrieron cuatro grandes sequías que pudieron haber contribuido al colapso de civilizaciones como la tolteca y azteca.
El estudio, publicado el pasado lunes en El Universal, es considerado como el primer fechamiento paleoclimático preciso que corrobora las referencias documentales sobre los periodos en que ocurrieron las severas y largas sequías.
Algunas piezas en la tumba fueron presentadas en la noche del miércoles en la ciudad de Cusco, capital del departamento homónimo, en una ceremonia que contó con la presencia de la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien está de visita en el Perú, según despacho de la agencia DPA.
"Esta es una noticia de gran trascendencia para el patrimonio cultural de nuestro país", destacó en el acto el viceministro de Cultura, Bernardo Roca Rey.
La revelación sobre el hallazgo había sido hecha horas antes por el director del Instituto Regional de Cultura de Cusco, Juan Julio García, quien señaló la investigación está en la primera etapa de análisis de laboratorio y que las excavaciones continuarán cuando termine la temporada de lluvias.
Para los expertos, la tumba, ubicada en la provincia selvática cusqueña de La Convención, revelará muchos secretos sobre la cultura Wari, que floreció en los Andes peruanos entre los años 600 y 1200 aproximadamente, se extendió luego hasta la costa y la selva y fue uno de los antecedentes directos de la cultura Inca.
El investigador del Instituto de Arqueología China, Yang Wuzhan, señaló que el descubrimiento se realizó en la ciudad de Xingping, en la provincia noroccidental de Shaanxi, y explicó que las osamentas estaban "en una gran caverna" que contiene 20 cuevas.
Señaló que cada cueva "está protegida por dos sementales y un guerrero de terracota".
Yang Wuzhan y su equipo de arqueólogos comenzaron a excavar las dos fosas en septiembre de 2009, pero solo hasta ahora decidieron hacer público el descubrimiento.
El investigador chino reveló que pronto llevarán a cabo pruebas para intentar determinar la raza de los caballos. Sin embargo, adelantó que los arqueólogos practicaron exámenes de laboratorio a los huesos, gracias a los cuales pudieron establecer que todos pertenecen a machos adultos.

Cova Eirós está en un lugar abrigado, en un entorno bien provisto de vegetación y agua.
Según Vidal Romaní, «en Cova Eirós la vida debía de ser bastante soportable, porque evidentemente, si no fuese así, no se encontrarían allí rastros de asentamientos humanos, pero el lugar está a setecientos metros, que es una altura considerable, y debía de encontrarse prácticamente en los límites de la zona de glaciarismo». Por encima de esas cotas, por lo tanto, la vegetación y la fauna debían de ser considerablemente más pobres. El frío de las alturas y la escasez de recursos no ofrecerían unas condiciones muy aceptables para la vida humana.
Las condiciones que ofrecía el entorno de la cueva de Triacastela en los tiempos de la cultura gravetiense -en la que se encuadra el colgante recién datado- debieron por otra parte ser muy similares a las que se dieron hace 84.000 años, cuando el lugar estuvo habitado por los hombres de Neandertal, ya que por entonces las temperaturas parecen haber sido muy similares a las de hace 26.000 años, es decir, unos siete grados más bajas que las actuales. «Lo más probable es que las condiciones ambientales de esa zona se hayan mantenido bastante estables durante períodos muy largos y por eso pudo albergar asentamientos humanos en épocas muy diferentes de la prehistoria», señala el geólogo.

Cova Eirós está en un lugar abrigado, en un entorno bien provisto de vegetación y agua.
En opinión de Juan Ramón Vidal Romaní, director del mencionado instituto, Cova Eirós puede considerarse como «un modelo de vivienda prehistórica» propio de esa etapa. «El clima de la zona continental donde se encuentra la cueva era frío y las temperaturas medias en invierno debían de estar unos siete grados por debajo de las actuales -explica-, pero Cova Eirós está en un lugar abrigado y en ese período seguramente estaba bien provisto de vegetación».
Los grupos humanos que se movían entonces por el interior de Galicia -continúa el geólogo- tenían que buscar sus refugios «en los fondos de los valles donde la vegetación y los ríos caudalosos garantizaban protección, agua y caza para sobrevivir».

El hallazgo se hizo en el fondo de una fosa bautizada como 'Hoyo Negro', donde también se localizaron restos de grandes animales prehistóricos incluyendo un hueso de mastodonte
El hallazgo pudiera apoyar la hipótesis de la cultura solutrense, que sostiene que los primeros seres humanos en el continente emigraron de Europa y no del Estrecho de Bering, sostuvo National Geographic, en un reporte de 'Natgeo News Watch', el noticiero de su cadena de televisión por cable.
El descubrimiento, calificado como de los de sólo una vez en la vida, fue hecho en una cavidad del sistema de cuevas submarinas Aktun-Hu ubicadas en el estado mexicano de Quintana Roo. El cráneo fue localizado por un equipo de buzos conformado por Alex Alvarez, Attolini Franco, y Alberto (Beto) Nava, pertenecientes al Proyecto Espeleológico de Tulum (PET), especializado en este tipo de exploración, preciso el reporte.
La intervención arqueológica efectuada en la Ronda de les Muralles de Dénia (allí se están realizando obras de urbanización) ha sacado a la luz estructuras de una fábrica de salazón del siglo V y la primera mitad del VI. Los vestigios, de época tardorromana y que se sitúan en el epicentro de Dianium, son "una batería de cuatro piletas contiguas, de planta regular, excavadas en el subsuelo y que presentan un fuerte revestimiento de opus signinum (un enlucido con abundante cal)", señala el jefe del Servei Municipal d'Arqueologia de Dénia, Josep A. Gisbert.
El monolito de la deidad mexica Coyolxauhqui cumplirá el próximo lunes 33 años de ser descubierto de manera accidental, cuando se realizaban trabajos en una zanja en las inmediaciones de las calles de Guatemala y Argentina del Centro Histórico de la Ciudad de México.Ese hecho desencadenó el Proyecto Templo Mayor y el Programa de Arqueología Urbana, impulsados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con los cuales se han investigado 13 mil metros cuadrados de la parte central de la antigua ciudad mexica, entre cuyos más recientes frutos destaca el hallazgo de otra escultura monolítica, inclusive mayor que la de dicha deidad lunar, la de la diosa de la tierra Tlaltecuhtli, descubierta el 2 de octubre de 2006.