Historia Secreta
La intervención arqueológica efectuada en la Ronda de les Muralles de Dénia (allí se están realizando obras de urbanización) ha sacado a la luz estructuras de una fábrica de salazón del siglo V y la primera mitad del VI. Los vestigios, de época tardorromana y que se sitúan en el epicentro de Dianium, son "una batería de cuatro piletas contiguas, de planta regular, excavadas en el subsuelo y que presentan un fuerte revestimiento de opus signinum (un enlucido con abundante cal)", señala el jefe del Servei Municipal d'Arqueologia de Dénia, Josep A. Gisbert.
El monolito de la deidad mexica Coyolxauhqui cumplirá el próximo lunes 33 años de ser descubierto de manera accidental, cuando se realizaban trabajos en una zanja en las inmediaciones de las calles de Guatemala y Argentina del Centro Histórico de la Ciudad de México.Ese hecho desencadenó el Proyecto Templo Mayor y el Programa de Arqueología Urbana, impulsados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con los cuales se han investigado 13 mil metros cuadrados de la parte central de la antigua ciudad mexica, entre cuyos más recientes frutos destaca el hallazgo de otra escultura monolítica, inclusive mayor que la de dicha deidad lunar, la de la diosa de la tierra Tlaltecuhtli, descubierta el 2 de octubre de 2006.
Los restos arqueológicos fueron recuperados de una cantera de áridos de la ciudad de Zapala, informó hoy el gobierno de Neuquén. Restos de cerámica y elementos de molienda y los restos de una mujer joven fueron localizados y rescatados por los especialistas.
El hallazgo se constituyó en el primer descubrimiento de elementos de dos mil años en la zona, donde también se detectó restos de maíz en los poros de las rocas. Los especialistas que excavaron y analizaron la zona fueron dirigidos por la investigadora del Conicet Verónica Lema, en el marco de un proyecto Bioantropología de Neuquén, desarrollado por la dirección de Arqueología y Paleontología provincial.
Los especialistas señalaron que la disposición de los elementos muestra relación con los grupos que habitaron el norte neuquino. (DyN)
La posibilidad de encontrar nuevos rastros de este tipo depende de cómo se hayan conservado las capas de sedimento en las partes del subsuelo de la cueva que todavía no han sido excavadas. «Si la estratigrafía está igual de bien conservada que en las zonas donde ya estuvimos excavando, es bastante probable que aparezcan más industrias de ese período», explica Arturo de Lombera, codirector de los trabajos. La búsqueda será más problemática si las zonas no excavadas han sufrido alguna alteración que modificase el orden cronológico de los estratos sedimentarios.
Usando la técnica de datación por radiocarbono, los investigadores descubrieron que las páginas de este pergamino datan de principios del siglo XV. Esta datación señala que el manuscrito es un siglo más antiguo de lo que hasta ahora se pensaba.
El resto de los misterios del libro siguen sin resolverse. El manuscrito Voynich es un libro ilustrado, de contenidos desconocidos, escrito por un autor anónimo en un alfabeto no identificado y un idioma incomprensible, bautizado como voynichés.
Intensos estudios realizados por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados no han conseguido descifrar ni una sola palabra de este texto. Sin embargo, el que cumpla la ley de Zipf, que señala que en todas las lenguas conocidas la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición (cuantas más veces aparece una palabra en un idioma, más corta es), hace pensar que se trata no sólo de un texto redactado en un lenguaje concreto, sino también que este lenguaje está basado en alguna lengua natural.
Un fósil de 3,2 millones de años de un hueso del pie apoya un bipedismo similar al humano moderno en la especie de Lucy, el Australopithecus afarensis.
Un hueso del pie fosilizado, recuperado en Hadar, Etiopía, demuestra que hace 3,2 millones de años, los ancestros de los humanos andaban de forma bípeda con un pie similar al del humano moderno, de acuerdo con un informe que aparece en la edición del 11 de febrero de la revista Science.
El 31 de mayo de 1972 un auto bomba estalló en un bosque cercano al pueblo llamado Peteano, en Italia, dejando un herido grave y un muerto entre la policía uniformada italiana. Los carabineros habían llegado al lugar después de recibir una llamada telefónica anónima. Al inspeccionar un auto Fiat 500 allí abandonado, uno de los carabineros levantó el capó, provocando así la explosión.
Dos días después, una nueva llamada telefónica anónima reclamaba la autoría del atentado en nombre de las Brigadas Rojas, grupúsculo terrorista que trataba en aquel entonces de romper el equilibrio del poder en Italia mediante la realización de tomas de rehenes y de asesinatos de altos personajes del Estado. La policía se volvió inmediatamente hacia la izquierda italiana y encarceló a cerca de 200 comunistas. Durante más de 10 años los italianos vivieron convencidos de que el acto terrorista de Peteano había sido obra de las Brigadas Rojas.
Posteriormente, en 1984, Felice Casson, un juez italiano, decidió reabrir el caso ya que le intrigaban toda una serie de irregularidades y falsificaciones cometidas alrededor del drama de Peteano. El juez Felice Casson descubrió que la policía no había investigado el lugar de los hechos. También notó que el informe que había concluido en aquel entonces que los explosivos utilizados eran los mismos que utilizaban tradicionalmente las Brigadas Rojas era en realidad una falsificación.
El yacimiento de Cova Eirós, en Triacastela, el único de Galicia que conserva el rastro sucesivo de ambas especies en un mismo lugar, será objeto el próximo verano de una excavación más extensa y prolongada que las de años anteriores, con el fin de recoger la mayor cantidad posible de información sobre este período. Lo que se pretende realizar este año en Cova Eirós es lo que se conoce en arqueología como una excavación en área o en extensión, es decir, una intervención que afectará a una gran parte de la superficie del yacimiento.
Según explica Arturo de Lombera, codirector de los trabajos de campo, en la próxima campaña se ampliará considerablemente la superficie excavada hasta ahora en el suelo de la cueva, de unos once metros cuadrados, hasta alcanzar los 21 metros cuadrados. Los trabajos durarán cuatro semanas -en vez de tres, como hasta ahora- y contarán con más personal.
Los investigadores, dirigidos por Hans-Peter Uerpmann, de la Universidad Eberhard Karl de Tubinga (Alemania), y Simon Armitage, de la Royal Holloway University de Londres (Reino Unido), han cuestionado la hipótesis dominante relativa a la llegada de africanos a la Península Arábiga tras descubrir una serie de utensilios humanos primitivos en el yacimiento arqueológico de Jebel Faya, en los Emiratos Árabes Unidos. Según su parecer, dichos utensilios se parecían a los empleados por humanos primitivos en el África oriental y no presentaban el grado de desarrollo artesanal observado en Oriente Medio.
Las herramientas, que incluyen bifaces relativamente primitivas y una serie de espátulas e instrumentos perforadores, llevan a pensar que aquellos humanos primitivos no precisaron de innovaciones tecnológicas para migrar hacia la Península Arábiga, según indicó el Dr. Armitage. Éste y su equipo calcularon la antigüedad de los utensilios de piedra mediante datación por luminiscencia.
El delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Coahuila, José Francisco Aguilar Moreno, informó que el hallazgo fue hecho por la investigadora Leticia González Arratia a principios de diciembre pasado, en un recorrido hecho por dicha zona, en donde ya se habían detectado piezas similares.
En 2006 se reportó el primer hallazgo de este tipo con 13 huellas humanas fosilizadas en el valle de Cuatro Ciénegas, según informes del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y en este caso se exhiben en el Museo del Desierto de Saltillo. Estas huellas tienen una antigüedad de 10 mil años y se extienden a lo largo de 10 metros y cada una de ellas tiene una dimensión de casi 27 centímetros.
Comentario: Esta pieza periodística salta a conclusiones no muy bien fundamentadas.El autor del estudio en cuestión escribe:
"Sería muy bueno poder datar directamente las tintas por medio de radiocarbono , pero actualmente es realmente difícil de hacer. Primero, en la superficie solo podemos encontrar cantidades mínimas" Dijo Hodgins. "Usualmente, el contenido de carbono es extremadamente bajo. Además, tomar muestras de tintas que no contienen carbono de la superficie en la que se encuentran, está más allá de nuestras habilidades. Y finalmente, algunas tintas no son a base de carbono, pero se derivan de minerales de la tierra. Son inorgánicas, así que no contienen carbono".
Para más información, le recomendamos a nuestros lectores la siguiente discusión en el foro Cassiopaea (En inglés).