"No tengo recuerdos", dice Lewis Reynolds tajante a través del teléfono. Sólo sabe - y porque se enteró mucho después- que pasó cuatro años de su vida en Lynchburg Training Center, una colonia para epilépticos y enfermos mentales en Virginia, EE.UU. donde se realizaban esterilizaciones forzadas.Lewis Reynolds fue diagnosticado con epilepsia. A principios de los 1940s fue esterilizado de manera forzada. No se enteró hasta mucho después, al intentar tener hijos.
Y en algún punto de esos cuatro años, cuando tenía 13, a Reynolds le realizaron una.
Él es una de las 11 víctimas de esterilizaciones forzadas implementadas en Virginia que quedan vivos. Pero
como él hubo más de 7.000 sólo en ese Estado.
Y el jueves pasado, tras años de lucha, recibieron una buena noticia: el Estado les entregará US$25.000 como medida compensatoria.
Más allá del dinero, lo que Reynolds considera su mayor victoria es "el 100% de reconocimiento de lo que me hicieron", según le cuenta a BBC Mundo.
Esterilizar para mejorar la razaFue mucho después de su esterilización, al intentar infructuosamente que su mujer se embarazara, que supo que había sido esterilizado. "En ese entonces estaba en la Marina y uno de los doctores me lo comentó", recuerda Reynolds, en conversación con BBC Mundo.
Su hermano se lo confirmó y le contó la forma: había estado interno en Lynchburg tras ser diagnosticado como "epiléptico".
Sin siquiera sospecharlo, Reynolds había formado parte del programa de eugenesia, que planteaba que era posible mejorar la especie humana a través de la "mejora" de características genéticas y que fue implementado en EE.UU. después de la Primera Guerra Mundial.
Comentario: Qué curioso, nos imaginamos que el poder y el acceso a muchas mujeres para lograr una amplificación transgeneracional es un concepto muy poderoso, considerando la psicopatía y la realidad en la que vivimos hoy, donde son precisamente los psicópatas quienes ocupan estas posiciones dentro de nuestra sociedad.