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En la
cueva de Abauntz, en Navarra, se encuentra un
mapa calificado como el más antiguo de Europa Occidental. Data de hace
13.600 años, de la época del
Paleolítico, está grabado en una piedra de piedra de de 17,5 centímetros de longitud y 10 de anchura, y muestra como por entonces
los seres humanos ya sabían plasmar elementos que daban sensación de profundidad, a través de figuras como animales, montañas o ríos.
El mapa fue descubierto hace más de una década por investigadores del Grupo Primeros Pobladores del Valle del Ebro de la Universidad de Zaragoza, que dirige Pilar Utrilla. La investigadora asegura que a día de hoy todavía siguen siendo una incógnita estos trazos o incisiones y hay muchas preguntas todavía pendientes por contestar: ¿qué desea realmente señalar el hombre que realizó estas incisiones? ¿qué significan los puntos u ojivas que aparecen en el trazado? "Estamos
esperando a aplicar las nuevas tecnologías como el escáner 3D para ver con nitidez nuevos surcos y para intentar medir la profundidad de las marcas", precisa Utrilla, asegurando que el conocimiento que disponen actualmente es que "no sólo es un relato de caza". "El autor, que estaba frente a la cueva, tal vez en un puesto de ojeo, parece tener interés por explicar un hecho, como
una escena de berrea o dónde se hallan las mejores localizaciones de caza", añade Utrilla en declaraciones a Aragón Investiga.