Historia Secreta
Según ha informado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuyos científicos han liderado el equipo responsable de los hallazgos, éstos se han producido en la cuenca del río Dubná, cerca de Moscú, una zona donde los habitantes mantenían campamentos estables todo el año en el Mesolítico y el Neolítico.
Los aparejos que se han encontrado son de los más antiguos de Europa, y su estudio permitirá conocer claves sobre el papel de la pesca en las poblaciones europeas de inicios del Holoceno (hace 10.000 años), especialmente en aquellas zonas cuyos habitantes no practicaron la agricultura hasta casi la edad del hierro.
"Hasta ahora se pensaba que los grupos mesolíticos no tenían campamentos estables, sino que eran estacionales. Según los resultados obtenidos durante las excavaciones, tanto en el Mesolítico como en el Neolítico, el grupo humano que habitó la cuenca del río Dubná, cerca de Moscú, realizaba actividades productivas a lo largo de todo el año".
La explicación es del investigador del CSIC Ignacio Clemente, de la Institución Milà y Fontanals y director del proyecto.
Según Clemente y su equipo, durante el Neolítico y el Mesolítico, los habitantes de esta región, denominada como Zamostje 2, cazaban preferentemente en verano e invierno, pescaban en primavera e inicios de verano, y recolectaban frutos silvestres a finales de la época estival y en otoño.
"Pensamos que la pesca jugó un papel fundamental en la economía de estas sociedades por ser un producto predecible, fácil de conservar, secado y ahumado, y de almacenar para un posterior consumo", ha apuntado Clemente en una nota de prensa.
Durante este proyecto, que acaba de finalizar después de tres años de trabajos, se han encontrado objetos cotidianos (cucharas, platos, etc), instrumentos de trabajo, armas de caza y aperos de pesca, todos ellos manufacturados con sílex y otras rocas, huesos y astas.
"Los útiles de pesca documentados muestran una tecnología muy desarrollada y dirigida para la práctica de diversas técnicas pesqueras. Podemos destacar el hallazgo de dos grandes nasas (especie de cesta entretejida con varillas de pino empleada para pescar) de madera muy bien conservadas, de hace 7.500 años.
En otras palabras, los mejores amigos del hombre puede tener su origen en más de un antiguo ancestro, contrariamente a lo que las pruebas de ADN indicaban.
"Tanto el caso belga como el de Siberia son especies domesticadas basadas en características morfológicas", dijo Greg Hodgins, un investigador de la Universidad de Arizona y co-autor del estudio.
El estudio indica que existe un componente genético autóctono y exclusivo de estas poblaciones humanas que se ha enriquecido posteriormente con marcadores de poblaciones vecinas fruto de migraciones más recientes, informa en una nota de prensa el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF).
Para realizar el estudio, que publica la revista PLoS Genetics, se han analizado cerca de 800.000 marcadores genéticos distribuidos en el genoma de 125 individuos norteafricanos pertenecientes a siete poblaciones representativas de toda la región.
Este estudio ha hallado, concretamente, un vivero del prosaurópodo Massospondylus, uno de los primeros dinosaurios, en el que había, al menos, diez nidos cada uno con hasta 34 huevos. La distribución de los nidos en los sedimentos indica que estos dinosaurios regresaban varias veces al nido, un comportamiento conocido como "fidelidad al nido", y que es probable que se reunieran en grupos para depositar sus huevos.

Los descubrimientos forman parte de un proyecto de investigación encabezado desde 2007 hasta la fecha por el arqueólogo Guillermo de Anda Alanís, investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán.
En un comunicado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) indicó que como si se tratara de un laboratorio natural, donde el tiempo dejó grabados los cambios ocurridos en la Tierra desde hace miles de años por la modificación del clima, además de los restos de osos prehistóricos, en el mismo cenote de más 50 metros de profundidad se descubrieron marcas en sus paredes de los distintos niveles del agua que ha tenido desde hace 12 mil años hasta el siglo X (en la época prehispánica), y que dan cuenta de los cambios climáticos ocurridos en esa región del sureste de México.
Los restos han aparecido en unos terrenos cuyo propietario tiene previsto construir dos edificios, por lo que se está estudiando cómo preservarlos, según ha explicado a Tarragona Ràdio la arqueóloga territorial del departamento de Cultura, Maite Miró.
Los arqueólogos de Còdex prosiguen con la prospección de los restos, que podrían ser una cisterna y una vía romana, aparecidos a cinco metros de profundidad y transversalmente a un muro de 30 metros que corresponde al trazado de la antigua carretera existente en la zona en los años 70 del pasado siglo.
El hallazgo del fósil del animal bautizado de Pampaphoneus ("matador de la pampa", en griego), considerado como el más antíguo de Sudamérica, fue divulgado en la última edición de la revista "Proceedings of the National Academy of Science".
El animal, de tres metros de largo, vivió sobre la Tierra durante 50 millones de años, en una época en la que todos los continentes estaban unidos, y fue virtualmente hace 251 millones de años, víctima de una erupción volcánica en Siberia que destruyó el 90 por ciento de las especies que existían en el planeta.
Hace unos 3.500 años, cuando llegaba a su fin la Edad de Bronce en Europa y prosperaba la civilización olmeca en México, los indígenas en lo que hoy es San Antonio utilizaban herramientas primitivas para vivir de la tierra, tal como lo habían hecho durante miles de años.
En diversas partes de Texas se han encontrado vestigios de lo que fueron asentamientos humanos en la antigüedad y algunos de éstos datan de hace más de 10.000 años.
Un grupo internacional de científicos de Alemania, Bulgaria y Francia descubrieron en la ciudad búlgara de Chirpan un premolar que correspondería a un antepasado del hombre que habitó Europa hace siete millones de años. Un hallazgo que revela que los homínidos sobrevivieron dos millones de años más en Europa de lo que postulan las actuales teorías, lo que obliga a revisar los consensos sobre la evolución humana en este continente y en Africa.
Según los investigadores, que publican su descubrimiento en el Journal of Human Evolution, la data del diente convierte a este fósil en el más reciente hallado hasta ahora de un primate prehumano en el viejo continente.
Un sitial que hasta hoy tenía el mono macedoniensis Ouranopithecus de 9,2 millones, hallado en Grecia.
Joan Daura y Montserrat Sanz, miembros del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) han determinado 52 pares de bases de la secuencia genética de la denominada mandíbula de Sitges, fósil que han podido identificar genéticamente como neandertal, lo que corrobora los análisis antropológicos realizados anteriormente, ha informado la UB.
Los responsables de la investigación señalan que esta secuenciación supone una aportación a futuros trabajos sobre la evolución de estas poblaciones del pleistoceno.
En Cataluña, los restos humanos anteriores al homo sapiens son muy escasos, ya que de hecho, se reducen a tres: la mandíbula de Sitges (objeto de la investigación del SERP), la mandíbula de Banyoles y el diente humano de la cueva de Mollet (Serinyà).
Y es el primero de estos restos el que ahora ha sido posible secuenciar una parte de su ADN mitocondrial.