Traducido por el equipo de SOTT.net
Un nuevo estudio informa sobre los datos genómicos de un individuo de 23.000 años que vivió en lo que probablemente fue el lugar más cálido de Europa en el apogeo de la última Edad de Hielo. El genoma humano más antiguo recuperado en el extremo sur de España añade una importante pieza al rompecabezas de la historia genética de Europa.

© Pedro Cantalejo
Vista general de la Cueva de Malalmuerzo.
Un equipo internacional de investigadores ha analizado ADN humano antiguo procedente de varios yacimientos arqueológicos de Andalucía, en el sur de España. El estudio presenta el genoma más antiguo hasta la fecha de la Cueva del Malalmuerzo, en el sur de España, así como genomas de entre 7.000 y 5.000 años de antiguos agricultores de otros yacimientos muy conocidos, como la Cueva de Ardales.
La Península Ibérica desempeña un papel importante en la reconstrucción de la historia de la población humana. Como callejón sin salida geográfico en el suroeste de Europa, se considera, por un lado, un refugio durante la última Edad de Hielo, con sus drásticas fluctuaciones de temperatura. Por otro, puede haber sido uno de los puntos de partida de la recolonización de Europa tras el máximo glaciar. De hecho, estudios anteriores habían informado sobre los perfiles genómicos de cazadores-recolectores de la Península Ibérica de entre 13.000 y 8.000 años de antigüedad y aportado pruebas de la supervivencia y continuación de un linaje paleolítico mucho más antiguo que ha sido sustituido en otras partes de Europa y ya no es detectable.
Tras la muerte de un organismo, su ADN sólo se conserva durante cierto tiempo y en condiciones climáticas favorables. Extraer ADN de restos antiguos procedentes de climas cálidos y secos supone un enorme reto para los investigadores. En Andalucía, en el sur de la actual España, las condiciones climáticas son similares a las del norte de África; sin embargo, se ha recuperado con éxito ADN de individuos humanos de 14.000 años de antigüedad de una cueva de Marruecos. El nuevo estudio colma lagunas temporales y espaciales cruciales. Los investigadores pueden ahora investigar directamente el papel del sur de la Península Ibérica como refugio de poblaciones de la Edad de Hielo y los posibles contactos entre poblaciones a través del Estrecho de Gibraltar durante la última Edad de Hielo, cuando el nivel del mar era mucho más bajo que en la actualidad.
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