Un novedoso modelo genético sugiere que los antepasados de los humanos modernos proceden de dos poblaciones distintas que se separaron y volvieron a conectar durante nuestra historia evolutiva.

«El hecho de que podamos reconstruir acontecimientos de hace cientos de miles o millones de años simplemente observando el ADN actual es asombroso, y nos dice que nuestra historia es mucho más rica y compleja de lo que imaginábamos», declaró en un comunicado Aylwyn Scally, coautor del estudio y genetista de la Universidad de Cambridge.
En un estudio publicado el martes 18 de marzo en la revista Nature Genetics, los investigadores presentaron un nuevo método de modelización de datos genómicos, denominado «cobraa», que les ha permitido trazar la evolución de los humanos modernos (Homo sapiens).
Al aplicar su nuevo método a los datos de ADN humano moderno publicados en el Proyecto 1000 Genomas y el Proyecto de Diversidad del Genoma Humano, los investigadores descubrieron que había dos grupos ancestrales principales que se separaron hace alrededor de 1,5 millones de años, a los que llamaron Población A y Población B.
Justo después de esa división, la Población A experimentó un cuello de botella cuando la población cayó en picado y probablemente perdió una cantidad significativa de diversidad genética. Pero la población A creció con el tiempo y de ella se separaron neandertales y denisovanos.
Luego, hace unos 300.000 años, la población A se mezcló con la población B, según los investigadores. Su análisis genético sugiere que el 80% del genoma de todos los humanos actuales procede de la Población A, mientras que el 20% de nuestro genoma proviene de la Población B.