Historia Secreta
Tallado en una valva hace entre 16.000 y 23.000 años, el anzuelo "atestigua que nuestros antepasados eran buenos artesanos y buenos pescadores", señala la profesora Sue O'Connor, de la Australian National University.
No pareciera que la herramienta fue concebida para la pesca pelágica, y hasta ahora se desconocen los métodos empleados en el paleolítico para la pesca en aguas profundas.
Además de la utilización de redes, "es posible que anzuelos de otro tipo hayan sido fabricados en la misma época", explicó O'Connor.
El anzuelo fue encontrado en la cueva de Jerimalai (Timor oriental) al mismo tiempo que unas 38.000 espinas fósiles pertenecientes a 2.843 peces pescados.
El hallazgo de dos momias, una de las cuales supuestamente tiene características no humanas, fue reportada por el director del museo privado Ritos Andinos, Renato Dávila Riquelme, informó la agencia oficial peruana Andina.
El directivo, del que no se mencionó su profesión, explicó que las momias, cubiertas por unas mantas, fueron descubiertas hace dos años en el cerro Wiracochan, a dos kilómetros de la ciudad de Andahuaylillas, a 40 kilómetros de la capital provincial, Cusco, en el suroriente de Perú.
Según afirmó el directivo, "la de características no humanas" tiene 50 centímetros de estatura, cabeza triangular, grandes cavidades en los ojos y molares no comunes en los seres humanos.
¿Eran los hombres del Paleolítico unos amantes del arte figurativo o alteraban sus representaciones como lo haría un genio de lo abstracto? Durante años, los arqueólogos se han preguntado si las pinturas rupestres, especialmente aquellas en las que aparecen animales, reproducían el medio natural o tenían un significado abstracto más profundo y simbólico. ¿Eran esos animales tal y como los pintaban? Un equipo internacional de científicos ha utilizado ADN antiguo para averiguarlo. Los investigadores, que se han centrado en la caballos, creen que todas las variaciones de color que se ven en las pinturas de las cuevas responden a la realidad. Incluso han comprobado que entonces ya existían caballos salvajes con manchas blancas y no solo negros o albazanos (castaños), como se creía. La investigación aparece publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS).
El arqueólogo japonés Saburo Sugiyama descubrió que la construcción de las pirámides del Sol, de la Luna y de Quetzalcóatl en la ciudad prehispánica de Teotihuacan, a unos 80 kilómetros al noreste de la capital mexicana, se basó en la unidad numérica compuesta por 83 centímetros.
En el marco de la Quinta Mesa Redonda de Teotihuacan, Sugiyama dio a conocer que a partir de cálculos basados en las medidas de estas construcciones se determinó la constante presencia de esa unidad.
La posible medida longitudinal usada por los antiguos arquitectos de Teotihuacan corresponde a "una base numérica compuesta por 83 centímetros, porque es la cantidad que, multiplicada por cuatro o múltiplos de cuatro, se repite constantemente en las medidas de las edificaciones del sitio prehispánico".
El investigador de la Universidad Estatal de Aichi, en Japón, comentó que esa unidad aparece en la alfarda, escalera y distancia entre las esculturas de cabezas de serpientes de la Pirámide de Quetzacóatl.
Una misteriosa figura de Cristo con una bola de cristal, 'Salvator mundi´, es la última obra atribuida a Da Vinci. Seis meses después de que se certifique su autoría, se mostrará por primera vez en público. La National Gallery de Londres acoge una magnífica exposición pictórica del genio. La oportunidad perfecta para adentrarnos en los aspectos más enigmáticos del hombre de carne y hueso que se oculta tras su infinita leyenda.
Los fósiles han sido descubiertos en la región de Predmostí, en la República Checa, según recoge la publicación Journal of Archaelogical Science.
Los científicos consideran que los tres animales fueron enterrados siguiendo un ritual y que un humano pudo colocar el hueso de mamut en la boca de uno de estos perros para que "estuviera alimentado y acompañara su alma y la de su dueño en su viaje después de la muerte".
Además, una vez fallecidos, los humanos retiraron el cerebro del cráneo de los perros, lo que puede implicar -según estos rituales- un significado asociado con la liberación de su espíritu.
Muchos pueblos indígenas de estas regiones europeas consideraban que la cabeza y el cerebro contenían el espíritu o el alma, así, los humanos hicieron un agujero en el cráneo del animal muerto para que el espíritu pudiera ser libre.
Durante gran parte del siglo XX, la comunidad científica cerró filas en torno al "Consenso Clovis", teoría que planteaba que el poblamiento americano se produjo hace, aproximadamente, 13 mil años, por una cultura de cazadores nómades, conocida como Clovis, que ingresó a Norteamérica desde Siberia, aprovechando los puentes terrestres que se formaban en el Estrecho de Bering durante la Era del Hielo. Restos de esa cultura, encontrados en Nuevo México en 1929, fueron por años los más antiguos registrados en el continente, avalando la tesis de que fueron los primeros humanos en llegar a América y poblarla desde el norte hacia el sur. Pero en las últimas décadas, diversos hallazgos de asentamientos e instrumentos humanos han puesto en jaque esa teoría. Los más importantes: Monte Verde, en el sur de Chile, con una data de 14.500 años, y Schaefer (14.200), Hebior (14.800) y Debra (15.500), en Estados Unidos. Ahora un nuevo descubrimiento viene a reforzar la tesis de que Clovis no fue la primera cultura americana: investigadores encontraron un proyectil en un mastodonte de hace 13.800 años, lo que revela que había cazadores en Norteamérica casi un siglo antes que los Clovis.
El mastodonte de Manis
Según la revista Science, el hallazgo se realizó en un sitio arqueológico de la localidad de Manis, estado de Washington en EE.UU., donde a finales de los 60 habían encontrado los restos de un mastodonte. La costilla izquierda del animal estaba atravesada por un proyectil a modo de lanza, mientras que los huesos de su costado derecho estaban dispersos por todo el campo, lo que sugería intervención humana. Las primeras pruebas fecharon el sitio en 14.000 años, pero como no había evidencia de que el proyectil estuviera asociada con la muerte del animal, se hicieron nuevas pruebas.
El productor del documental Julia Levy, según ha publicado el diario británico asegura que los más entusiastas con este proyecto han sido los gobiernos de México y Guatemala - sobre cuyos territorios se asentó principalmente la civilización maya - los cuales han decidido desclasificar documentos sobre esta supuesta visita extraterrestre.
"México nos va a entregar códices, artefactos y documentos que contienen evidencias de que hubo este contacto entre mayas y extraterrestres, y toda esa información será corroborada por arqueólogos", dijo Julia-Levy.
Entre estos expertos, asegura, se encuentra Luis Augusto García Rosado, secretario de ministro del estado mexicano de Campeche, que adelantó que existen traducciones de códices que han permanecido durante años ocultas en bóvedas secretas, e incluso habla de artefactos voladores que cayeron en la selva hace unos tres mil años.

El descubridor de los petroglifos maragatos, Juan Carlos Campos, señala unos de los laberintos.
Campos no se ha limitado a descubrir petroglifos y cazoletas en Maragatería, sino que ha tratado de desvelar por qué están aquí. A principios de diciembre publicará un libro, titulado Petroglifos en Maragatería, con revelaciones sorprendentes. Promete contarlo todo. Sin reservas. El libro, con una tirada inicial de mil ejemplares, que se ha costeado de su bolsillo, trata de probar que los laberintos que localizó en Peñafadiel - dos piedras gigantescas con tres laberintos cada una - son los más antiguos del mundo. «Son seis laberintos muy extraños. No hay ninguno igual en otra parte», asegura. Campos defiende que en la Maragatería puede estar «la cuna» de los laberintos. Lamenta que «aquí, lamentablemente, no les prestamos atención».
«Durante mucho tiempo se pensó que el laberinto de Creta era el más antiguo. Luego, se descubrió otro anterior en una tablilla en Pylos (Grecia), fechado en torno al año 1.200 antes de Cristo. Pero los leoneses son de hace 4.500 años; es decir, mil años anteriores», sostiene Campos.
Cuando se lo cuento a mis amigos no se lo creen. Imposible. Una riqueza arqueológica así sería famosa, se le habrían dedicado muchos documentales, hablarían de ella todos los libros y guías. Además del sol y las playas canarias, esos fabulosos petroglifos serían atracciones turísticas seguras, diseño de cien camisetas, emblemas identitarios. Imposible que existan y no lo sepamos.
Y sin embargo existen. Son textos escritos en un alfabeto denominado líbico-canario, directamente emparentado con el de fenicios y cartagineses. Fueron ellos quienes descubrieron las Afortunadas, explotaron sus púrpura y aprovecharon su pesca, como más tarde hicieron los romanos. Fueron muy probablemente ellos quienes llevaron a esas remotas islas a sus primeros pobladores, aquellos que luego nosotros hemos generalizado bajo el nombre de guanches. ¿Serían también ellos quienes les enseñaron a escribir o eran sólo ellos quienes lo hacían? ¿Y para qué hacerlo en una pequeña roca desolada en lo alto de una montaña? ¿Eran mensajes para los hombres o para los dioses?
600 años después de la extinción/aculturación de los primitivos habitantes de Canarias seguimos sin saber prácticamente nada de ellos. Conocemos algo de sus orígenes, tribus bereberes del norte de África, pero apenas poco más. ¿Cómo llegaron al Archipiélago estos pueblos pastoriles si desconocían la navegación? ¿Quién los trajo y para qué? ¿En cuántas oleadas arribaron y cuándo? ¿Tenían una cultura común o cada isla era culturalmente diferente? ¿La influencia egipcia les enseñó a momificar sus cadáveres como hacían los faraones?