Historia Secreta
También fueron descubiertos por los arqueólogos mexicanos elementos representativos del siglo I, como un baño ritual, un mosaico, un arco y varios objetos de cerámica y metal, lo que confirma al Proyecto Magdala como una excelente oportunidad para conocer la vida de un pueblo en esa época.
El equipo de arqueología bíblica está integrado por especialistas de las universidades Nacional Autónoma de México y Anáhuac plantel México Sur, lo mismo que por más de 300 voluntarios de todo el mundo.
El iniciador del proyecto, Juan María Solana, director del Instituto Pontificio Notre Dame de Jerusalén, se congratuló del descubrimiento y dijo que siempre supo que Magdala era un sitio importante, aunque reconoció que lo hallado rebasa por mucho las expectativas.
El yacimiento de Cova Gran es un abrigo en semibóveda de enormes proporciones que presenta una importante secuencia cultural con niveles de ocupación que incluyen eventos tan importantes como la transición Paleolítico medio-Paleolítico superior, la extinción de los neandertales y su relación con la presencia de los primeros humanos modernos. Otros procesos reconocidos en este yacimiento, igualmente relevantes, se refieren a la presencia humana con posterioridad al Último Máximo Glacial (LGM), así como la consolidación del neolítico en esta región. Estos tres ejes de investigación son claves para analizar la historia del poblamiento humano en la vertiente sur del Pirineo durante los últimos 50.000 años.
Visualmente la joya puede parecer el objeto más importante hallado estos días, pero no lo es porque también se han encontrado herramientas mucho más antiguas y que han permitido conocer que el lugar ha estado ocupado en dos ocasiones, con una diferencia de miles de años entre ellas. Una es la que le da mayor valor al yacimiento porque es la menos habitual, la del Paleolítico Inferior. 'Empezamos calculando que tendría unos 150.000 años, pero ahora nos estamos acercando más a los 250.000 aproximadamente'. Son unas herramientas muy toscas realizadas con cantos de río, concretamente del Urola. 'Se asentaban aquí porque encontraban unas materias de tipo volcánico, muy difíciles de localizar en otros puntos del País Vasco. No son ni mejores ni peores que otras, sino que a los habitantes de entonces les atraían, les parecían exóticas y por eso las apreciaban. En este tramo concreto del Urola son del formato y tamaño que les interesaban'.
En un artículo, publicado en la revista 'Journal of Archaeological Science', científicos británicos y estadounidenses informaron sobre su trabajo con fósiles de organismos marinos, pertenecientes al reino protista, llamados foraminíferas. Sus conchas acumulan diferentes cantidades de los isótopos pesados y ligeros del oxígeno, de acuerdo con la temperatura del medio ambiente.
La cueva de Eirós, localizada al sur de la aldea de Cancelo, en el municipio lucense de Triacatela, es una especie de santuario para el estudio del Paleolítco en Galicia. Eirós, a otra escala, es una especie de Atapuerca galaica en la que los arqueólogos han sacado ya a la luz, de su subsuelo, más de 4.000 piezas. Son vestigios de la fauna y la industria lítica que utilizaron los ocupantes de esta gruta: neandertales, primero y luego, los cromañones.
A partir de hoy y hasta primeros de septiembre, un equipo de arqueólogos retoman, en la que es la cuarta campaña, las investigaciones y los trabajos de excavación en este yacimiento para seguir buscando restos de nuestros primeros antepasados y de sus modos de vida. El grupo, integrado por 14 personas, son investigadores de la USC. Se trata de un proyecto que dirige el profesor y catedrático de Prehistoria, Ramón Fábregas Valcarce, y que tiene como responsable y coordinador de las excavaciones a Arturo de Lombera Hermida, investigador adscrito al Institut Catalá de Paleoecologia Humana (Iphes) y licenciado en Historia por la USC.
Un referente
Eirós, por la riqueza de restos hallados, se ha convertido en un referente en Galicia y también en la cornisa del Cantábrico para el estudio del Paleolítico. Los vestigios desenterrados del subsuelo de esta cueva, pertenecientes a las comunidades de neandertales y cromañones que la ocuparon, se remontan, en función de los niveles datados en la excavación, desde cien mil años atrás los más antiguos hasta 14-12.000 los más recientes.
El ayuntamiento de esta pequeña localidad anunció en un comunicado el descubrimiento de las piezas, que tuvo lugar en mayo pasado durante unos trabajos ordinarios de remoción de tierras en el barrio de A-da-Gorda.
En las excavaciones, un equipo arqueológico detectó varios fragmentos minerales de grandes dimensiones, así como materiales de piedra, que fueron encuadrados en la etapa del Paleolítico inferior.
Entre estos pequeños materiales destacan los bifaces, que están considerados las primeras herramientas prehistóricas reconocidas como tales e incluidos en la industria Achalense, que surgió en África, Asia y Europa hace unos 1,6 millones de años.

La cueva de Denísova está situada en las estribaciones de las montañas de Altay, en pleno corazón de Asia.
La cueva está situada en una montaña a unos 250 kilómetros de la ciudad de Biysk, en el valle del río Anuy. Las excavaciones en la cueva empezaron a principios de la década de 1980, después de que se descubriera que el territorio de Altay, debido a unas condiciones climáticas óptimas, fue un lugar de asentamiento de los hombres primitivos. Los objetos más antiguos encontrados en la cueva datan de hace cerca de 280.000 años.
Al ser encontrados en la cueva de Denísova un inusitado número de objetos únicos pertenecientes a diferentes épocas, se hizo patente de que se trataba de una verdadera mina de datos arqueológicos y los científicos tomaron la decisión de montar cerca de la cueva un campamento de investigación, que se convirtió posteriormente en un centro de estudio dotado incluso de un laboratorio, donde se lleva a cabo la exploración inicial de los objetos encontrados. El centro acoge anualmente a unos 100 arqueólogos y científicos de otros campos.
Expertos del Instituto de Arqueología y Reliquias de Henan (centro de China) y el Instituto de Investigación de Propiedad Cultural de Nara, de Japón, descubieron notables semejanzas en instrumentos de piedra desenterrados en China, la República de Corea (RDC) y Japón, lo que supone una extensión transregional de las técnicas, usadas en el norte de China entre 20.000 y 25.000 años atrás.
Li Zhanyang, del instituto chino, opinó que las técnicas podrán haber llegado a la isla japonesa de Kyushu a través de la península coreana.
"Los dos lugares, ahora separados por el océano, eran un solo bloque de tierra hace 20.000 años, cuando el nivel del mar era mucho más bajo que hoy en día, lo que habría posibilitado la difusión de las técnicas", analizó Li.
Científicos del Centro de ADN genealógico iGENEA, con sede en Zurich, reconstruyeron el perfil de ADN del niño faraón, quien ascendió al trono a los nueve años de edad, de su padre Akhenaten y su abuelo Amenhotep III, basándose en una película realizada para Discovery Channel.
Los resultados demuestran que el rey Tut perteneció al grupo genético conocido como haplogrupo R1b1a2, al que también pertenece más del 50 por ciento de todos los hombres en Europa Occidental, lo cual significa que comparten un ancestro común.
Entre los egipcios de hoy en día, este contingente haplogrupo es inferior al uno por ciento, según iGENEA.
En las excavaciones, un equipo arqueológico detectó varios fragmentos minerales de grandes dimensiones, así como materiales, de piedra, que fueron encuadrados en la etapa del Paleolítico inferior. Entre estos pequeños materiales destacan los bifaces, que están considerados las primeras herramientas prehistóricas reconocidas como tales e incluidos en la industria Achalense, que surgió en África, Asia y Europa hace unos 1,6 millones de años.