Los historiadores del arte saben desde hace tiempo que la figura femenina de la obra de Johannes Vermeer Muchacha leyendo una carta por una ventana abierta (1657-59) no está precisamente sola en la habitación. Ya en 1979, las radiografías revelaron un cuadro de un cupido de cuerpo entero colgado en la pared detrás de ella, parcialmente protegido por una sedosa cortina verde de trampantojo (de «trampa ante el ojo», del francés trompe-l'œil, «engaña el ojo») corrida a un lado. Esta imagen dentro de una imagen, característica de las opulentas representaciones de los interiores holandeses del artista, se confirmó además mediante fotografía infrarroja.

Restauración de la obra de Vermeer "Muchacha leyendo una carta en una ventana abierta" (1657-59)
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