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Adolf Hitler, en su intento por verse ante sus seguidores como el ejemplo perfecto del 'superhombre nazi', se volvió adicto a las drogas, llegando a consumir cócteles de hasta 80 fármacos, según informes de su médico personal hallados recientemente.
Si iba a gobernar el mundo, para el líder supremo era necesario demostrar que él era el espécimen perfecto, el modelo de la virilidad masculina
y no despertar sospechas sobre sus problemas mentales y de salud. Sin embargo, ocultarlos era una tarea difícil, por lo que el padre de la 'raza superior' abusaba de las drogas, informa el diario británico
'The Mirror', citando cartas y registros médicos del doctor personal de Hitler.
Según la información, Theodore Morell suministraba a Hitler un cóctel de más de 80 fármacos, que incluían vitaminas y probióticos con semen de toro, veneno para ratas e incluso aceite para limpiar armas.