A medida que los estudios arrojan más evidencias, este "artefacto fuera de lugar" se convierte en un objeto cada vez más fascinante y misterioso © Glen J. Kuban
Muchos misterios rodean al tal llamado "martillo de Londres", hallado en 1934 en la ciudad estadounidense de Londres, Texas. Se dice que fue encontrado enclavado en una piedra que tiene más de cien millones de años,
lo que sugiere que el martillo fue hecho mucho antes de que el ser humano pudiera haberlo hecho. Carl Baugh, quien posee del artefacto, anunció que el martillo se puso a prueba en el Laboratorio Battelle en Columbus, Ohio; el laboratorio que examinó las rocas lunares de la NASA. Las pruebas encontraron que el martillo tiene una metalúrgica inusual: 96,6% de hierro, 2,6% de cloro, un 0,74% de azufre, y nada de carbono.
El carbono es generalmente lo que fortalece y endurece al hierro, resultando muy extraña su ausencia. En cambio, el cloro no se encuentra en el hierro, resultando inusual su presencia.
En cuanto a su apariencia, el hierro muestra un alto grado de artesanía y sin burbujas en el metal. Además, se dice que está recubierto con óxido de hierro, que no se forma fácilmente en condiciones naturales.