La hipótesis tradicional más aceptada apunta a que los primeros pobladores de América fueron los clovis, un pueblo de cazadores que debió de llegar al continente hace aproximadamente 13.000 años desde el nordeste de Asia, a través del estrecho de Bering, y que se expandió por todo el territorio americano. Un nuevo estudio sobre genética de poblaciones nativas del continente americano aporta evidencias científicas para reformular el modelo tradicional y definir escenarios alternativos para el poblamiento de América.

© UBEl catedrático Daniel Turbón, coautor del estudio científico, es especialista en antropología molecular y forense y en origen y evolución de los homínidos.
El catedrático
Daniel Turbón, del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona, es uno de los autores de una investigación internacional, liderada por Lutz Roewer, de La Charité - Universitätsmedizin de Berlín, y que también firman Eduardo Arroyo Pardo y Ana María López Parra, de la Universidad Complutense de Madrid sobre las poblaciones nativas del continente americano.
El trabajo se basa en el estudio de marcadores genéticos del cromosoma Y masculino en casi un millar de individuos de cincuenta tribus nativas de Sudamérica. Según los autores, hay un desacoplamiento entre genética, lenguaje y geografía en las comunidades nativas del sur del continente americano. Todo apunta a que, en el primer poblamiento de América, no hubo una sola migración - independientemente de que fuera o no por el estrecho de Bering - , sino entradas rápidas y largos períodos de aislamiento.
Tal como explica Daniel Turbón, especialista en antropología molecular y forense y en origen y evolución de los homínidos, "América es, probablemente, uno de los ejemplos más recientes de poblamiento de un gran continente por la especie humana. Para los científicos, es un laboratorio excelente para contrastar herramientas metodológicas de estudios genéticos y poblacionales. Aunque la hipótesis de la migración única como explicación del origen de los pobladores de América está bastante arraigada, es una visión reduccionista cada vez más cuestionada científicamente".