Historia Secreta
En 1961 unas extrañas piedras (Gliptolitos) con sorprendentes grabados en sus superficies fueron encontradas por campesinos en un depósito oculto bajo las arenas del inmenso desierto de Ocucaje, en la costa del Departamento de Ica, Perú.
Posteriormente, en 1966, el médico Javier Cabrera Darquea recibe de regalo desde un amigo una de estas extrañas piedras, lo que despierta su curiosidad. En sus propias palabras señala que "descubrió que estas piedras eran parte de un extraordinario archivo lítico de hechos humanos que trascendían el espacio peruano y el del planeta, así como no cabían en el tiempo geológico que los científicos habían asignado al origen y evolución del género humano". En su museo, él rescató del olvido más de 15.000 de estos "testimonios pétreos".
Poseen diferentes tamaños (hasta un metro) peso (20 g a 500 Kg) y colores (gris, negro, amarillas y rojizas). Son del tipo de andesitas, no muy duras y oxidadas en su superficie. Estudios de Carbono 14, solicitados a la Universidad Autónoma de Madrid en el 2003, por los investigadores españoles Félix Arenas y María del Carmen Olázar arrojaron, en algunas muestras, una antigüedad de entre 60.000 a 100.000 años.
Piedras Polémicas
Este descubrimiento, no exento de una gran polémica ya que remecería lo que hasta ahora la ciencia ha señalado, estaría afirmando que hubo coexistencia del Hombre con el Dinosaurio, por lo que nuestra antigüedad se remontaría al menos a 60 millones de años a diferencia de los 40 a 250 mil que la Paleontología establece.
Según explicó, el documental, que se estrenará el próximo año, promete revelar secretos sobre la cultura maya nunca antes expuestos.
Para Julia Levy en necesario dar a conocer información importante para la humanidad, antes que inicie el ciclo del calendario maya, el cual está calculado será el 21 de diciembre de 2012.
Además dice que el documental busca desmentir la idea que ha surgido recientemente en la cual se afirma que los mayas predijeron el fin de nuestros tiempos en esa fecha.
Una de las pruebas que revelaría el contacto con los extraterrestres por partes de los mayas, según el productor, es una fotografía que data aproximadamente de 1930, la cual muestra una cabeza de gran tamaño que no posee facciones similares a alguna cultura prehispánica de aquella época.
La fecha más reciente es la de 1755. Y se encarga de recordarnos que aunque bajo nuestros pies la tierra no tiemble con la misma frecuencia que en Japón, la ubicación de la península ibérica la convierte en vulnerable ante un terremoto de gran potencia, que genere grandes olas. Así pasó y así lo cuenta la historia en el tsunami de 1755.
El terremoto que asoló la ciudad gaditana, de intensidad 9, generó una ola que mató a cerca de 15.000 personas, una cifra que podemos considerar baja, pero tenemos que poner en valor el número de habitantes y la densidad de población en aquella época, variables que podrían hacernos pensar en que si ese terremoto se reprodujera ahora, el número de fallecidos alcanzaría la cifra del gran terremoto de Indonesia en la Navidad de 2004, que acabó con la vida de 300.000 personas.
Sobre esta teoría se ha trabajado en la reunión internacional de la Unesco sobre tsunamis, celebrada en la Universidad de Cantabria, con sede en Santander. Hasta la capital cántabra se han desplazado 80 representantes de hasta 40 países distintos para analizar y asentar las bases de creación de un sistema de alertas, similar al que ya existe en otros puntos del mundo: Pacífico, Índico, Atlántico Noroeste o Mediterráneo.
Tallado en una valva hace entre 16.000 y 23.000 años, el anzuelo "atestigua que nuestros antepasados eran buenos artesanos y buenos pescadores", señala la profesora Sue O'Connor, de la Australian National University.
No pareciera que la herramienta fue concebida para la pesca pelágica, y hasta ahora se desconocen los métodos empleados en el paleolítico para la pesca en aguas profundas.
Además de la utilización de redes, "es posible que anzuelos de otro tipo hayan sido fabricados en la misma época", explicó O'Connor.
El anzuelo fue encontrado en la cueva de Jerimalai (Timor oriental) al mismo tiempo que unas 38.000 espinas fósiles pertenecientes a 2.843 peces pescados.
El hallazgo de dos momias, una de las cuales supuestamente tiene características no humanas, fue reportada por el director del museo privado Ritos Andinos, Renato Dávila Riquelme, informó la agencia oficial peruana Andina.
El directivo, del que no se mencionó su profesión, explicó que las momias, cubiertas por unas mantas, fueron descubiertas hace dos años en el cerro Wiracochan, a dos kilómetros de la ciudad de Andahuaylillas, a 40 kilómetros de la capital provincial, Cusco, en el suroriente de Perú.
Según afirmó el directivo, "la de características no humanas" tiene 50 centímetros de estatura, cabeza triangular, grandes cavidades en los ojos y molares no comunes en los seres humanos.
¿Eran los hombres del Paleolítico unos amantes del arte figurativo o alteraban sus representaciones como lo haría un genio de lo abstracto? Durante años, los arqueólogos se han preguntado si las pinturas rupestres, especialmente aquellas en las que aparecen animales, reproducían el medio natural o tenían un significado abstracto más profundo y simbólico. ¿Eran esos animales tal y como los pintaban? Un equipo internacional de científicos ha utilizado ADN antiguo para averiguarlo. Los investigadores, que se han centrado en la caballos, creen que todas las variaciones de color que se ven en las pinturas de las cuevas responden a la realidad. Incluso han comprobado que entonces ya existían caballos salvajes con manchas blancas y no solo negros o albazanos (castaños), como se creía. La investigación aparece publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS).
El arqueólogo japonés Saburo Sugiyama descubrió que la construcción de las pirámides del Sol, de la Luna y de Quetzalcóatl en la ciudad prehispánica de Teotihuacan, a unos 80 kilómetros al noreste de la capital mexicana, se basó en la unidad numérica compuesta por 83 centímetros.
En el marco de la Quinta Mesa Redonda de Teotihuacan, Sugiyama dio a conocer que a partir de cálculos basados en las medidas de estas construcciones se determinó la constante presencia de esa unidad.
La posible medida longitudinal usada por los antiguos arquitectos de Teotihuacan corresponde a "una base numérica compuesta por 83 centímetros, porque es la cantidad que, multiplicada por cuatro o múltiplos de cuatro, se repite constantemente en las medidas de las edificaciones del sitio prehispánico".
El investigador de la Universidad Estatal de Aichi, en Japón, comentó que esa unidad aparece en la alfarda, escalera y distancia entre las esculturas de cabezas de serpientes de la Pirámide de Quetzacóatl.
Una misteriosa figura de Cristo con una bola de cristal, 'Salvator mundi´, es la última obra atribuida a Da Vinci. Seis meses después de que se certifique su autoría, se mostrará por primera vez en público. La National Gallery de Londres acoge una magnífica exposición pictórica del genio. La oportunidad perfecta para adentrarnos en los aspectos más enigmáticos del hombre de carne y hueso que se oculta tras su infinita leyenda.
Los fósiles han sido descubiertos en la región de Predmostí, en la República Checa, según recoge la publicación Journal of Archaelogical Science.
Los científicos consideran que los tres animales fueron enterrados siguiendo un ritual y que un humano pudo colocar el hueso de mamut en la boca de uno de estos perros para que "estuviera alimentado y acompañara su alma y la de su dueño en su viaje después de la muerte".
Además, una vez fallecidos, los humanos retiraron el cerebro del cráneo de los perros, lo que puede implicar -según estos rituales- un significado asociado con la liberación de su espíritu.
Muchos pueblos indígenas de estas regiones europeas consideraban que la cabeza y el cerebro contenían el espíritu o el alma, así, los humanos hicieron un agujero en el cráneo del animal muerto para que el espíritu pudiera ser libre.
Durante gran parte del siglo XX, la comunidad científica cerró filas en torno al "Consenso Clovis", teoría que planteaba que el poblamiento americano se produjo hace, aproximadamente, 13 mil años, por una cultura de cazadores nómades, conocida como Clovis, que ingresó a Norteamérica desde Siberia, aprovechando los puentes terrestres que se formaban en el Estrecho de Bering durante la Era del Hielo. Restos de esa cultura, encontrados en Nuevo México en 1929, fueron por años los más antiguos registrados en el continente, avalando la tesis de que fueron los primeros humanos en llegar a América y poblarla desde el norte hacia el sur. Pero en las últimas décadas, diversos hallazgos de asentamientos e instrumentos humanos han puesto en jaque esa teoría. Los más importantes: Monte Verde, en el sur de Chile, con una data de 14.500 años, y Schaefer (14.200), Hebior (14.800) y Debra (15.500), en Estados Unidos. Ahora un nuevo descubrimiento viene a reforzar la tesis de que Clovis no fue la primera cultura americana: investigadores encontraron un proyectil en un mastodonte de hace 13.800 años, lo que revela que había cazadores en Norteamérica casi un siglo antes que los Clovis.
El mastodonte de Manis
Según la revista Science, el hallazgo se realizó en un sitio arqueológico de la localidad de Manis, estado de Washington en EE.UU., donde a finales de los 60 habían encontrado los restos de un mastodonte. La costilla izquierda del animal estaba atravesada por un proyectil a modo de lanza, mientras que los huesos de su costado derecho estaban dispersos por todo el campo, lo que sugería intervención humana. Las primeras pruebas fecharon el sitio en 14.000 años, pero como no había evidencia de que el proyectil estuviera asociada con la muerte del animal, se hicieron nuevas pruebas.