Historia Secreta
A no ser que descubramos una física nueva para poder viajar a las estrellas la posible vida que haya en hipotéticos exoplanetas nos será siempre una desconocida. Sólo podremos usar la imaginación.
Pero si esto nos entristece podemos consolarnos con la vida que hubo aquí en la Tierra en el pasado. Quizás haya otros mundos pero están o estuvieron en este. Gracias a la labor de los paleontólogos y a la de los artistas que nos ilustran los hallazgos de esos tiempos pretéritos podemos ver y saber cómo eran esos mundos del pasado. Son lugares fascinantes, con una flora y fauna exótica que en su inmensa mayoría ya no está en este planeta al que llamamos Tierra. Pertenecieron en su día a esta preciosa canica azul, el único mundo al que podemos llamar ahora nuestro hogar.

Era un tesoro de la era glacial, una madriguera que contenía frutas y semillas varadas en el permafrost siberiano durante más de 30.000 años.
La Silene stenophylla es la planta más vieja que haya sido regenerada, dijeron los científicos. Además es fértil y produce flores blancas y semillas viables.
El experimento prueba que el permafrost, la capa permanentemente congelada en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías, sirve como depósito natural de formas de vida ancestrales, dijeron los científicos, que publicaron sus resultados en el número del martes de la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.
Esta nueva teoría, elaborada por el estadounidense Steven Waller, ha sido expuesta en una conferencia organizada por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Vancouver, según informa el Daily Telegraph.
Waller ha estudiado el arte prehistórico durante las dos últimas décadas y siente un especial interés por los sonidos y su percepción en los yacimientos o ruinas que ha estudiado a lo largo de su carrera.
El estudio, que se centra en el área de la turbera de El Padul, en la provincia de Granada, ha sido publicado en la revista 'Quaternary Science Rewiews'. Los resultados de la investigación derivan del análisis de los restos de tres mamuts lanudos hallados en esta zona de España en 1983, los más meridionales registrados en Europa. Los especímenes estudiados datan de unos episodios muy fríos y secos que afectaron a toda Europa, llegando incluso al sur de la Península Ibérica, hace entre 30.000 y 40.000 años.
Estos datos fueron conocidos con las últimas dataciones realizadas en los materiales localizados en el nivel superior de la cueva durante la pasada campaña. Esta tuvo lugar en el mes de agosto y en ella participaron una decena de especialistas de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y del Institut Català de Paleoecología Humana i Evoluciò Social de Tarragona.
El arqueólogo, Arturo de Lombera, explicó que este hallazgo marca la última ocupación en el Paleolítico de la cueva encontrado hasta la actualidad. Además, con este descubrimiento puede vincularse Cova Eirós con otros yacimientos del norte. «Recuperamos industria que podería ser dos mesmos grupos ou comunidades doutros xacementos», señaló el estudioso. Entre los descubrimientos datados en 12.000 años se encuentra industria lítica y restos de fauna.
En una cueva cercana al mar Adriático de la localidad de Nakovane, en la península croata de Peljesac, han sido hallados fragmentos de un zodíaco de hace 2 mil 100 años que los científicos sospechan que sea la tabla de astrólogo helénica más antigua encontrada hasta ahora.
"El zodíaco de Nakovane es un ejemplar extraordinario de tabla de astrólogo de la antigüedad. En el mundo se conocen sólo cuatro tablas similares", ha confirmado Staso Forenbaher, el científico croata que hizo el descubrimiento.
Los últimos descubrimientos arqueológicos en Siria no hacen sino apoyar dicha tesis, pues se han hallado los restos de un poblado de 13.000 años de antigüedad (paleolítico) cuya estructura evidencia una marcada distinción entre los distintos estratos sociales de aquella tribu.
Qarassa 3, nombre que se le ha dado al poblado, se compone de 12 cabañas, dos de las cuales muestran un nivel de complejidad superior al resto. Según el investigador del CSIC en la Institución Milá y Fontanals Juan José Ibáñez, "esta característica podría indicar una diferencia en el rol social de sus habitantes".

Excavaciones. El piso en que se encuentran las figuras fue localizado durante los trabajos de sondeo en torno al Cuauhxicalco.
Este piso conformado con lajas de tezontle y de basalto, que corresponde a la etapa IV A del Templo Mayor (1440 a 1469), se localizó durante los trabajos de sondeo realizados en torno a esta plataforma circular prehispánica, indicó la arqueóloga Lorena Vázquez, durante su intervención en el "Ciclo de conferencias por el XXXIV aniversario del hallazgo de Coyolxauhqui", que dieron inicio ayer en el Museo del Templo Mayor.
"Resulta sorprendente que el tamaño del grano de pigmento encontrado en algunas pinturas de la cueva de Tito Bustillo sea similar al usado hoy en día", explicó Antonio Hernanz, investigador del Departamento de Ciencias y Técnicas Fisicoquímicas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y autor principal del estudio.
Científicos de la UNED, de la Universidad de Castilla la Mancha y de la Universidad de Alcalá de Henares han analizado la composición de diferentes pinturas rupestres paleolíticas localizadas en las cuevas asturianas de Tito Bustillo y El Buxu.
El principal componente que han hallado es el mineral hematites, con tres tamaños granulares: inferior a una micra, a 10 micras y a 30 micras. "Son tamaños muy pequeños, y cuanto más fino es el grano, mayor es el poder de la pintura para cubrir una superficie", indica Hernanz.
El nombre del yacimiento, Rujm al-Hiri, significa literalmente "montón de piedras de los gatos salvajes" en árabe. En hebréo el sitio es conocido como Galgal Refaim, o la "rueda de los fantasmas". El sitio fue descubierto por un grupo de investigadores en 1968, un año después de que Israel arrebatara a Siria los Altos del Golán, tras la Guerra de los Seis Días, y a pesar de esto su naturaleza misteriosa atrajo a unos cuantos visitantes. Hoy en día el yacimiento sigue sin estar señalizado y sólo se puede acceder a él tras una hora de caminata desde la carretera más cercana. Está rodeado de antiguas minas, un bunker militar abandonado y algunas cabezas de ganado.
Aunque Rujm al-Hiri no es especialmente atractivo visto a nivel del suelo la cosa cambia si se observa desde el aire. El sitio está formado por cuatro círculos - el más externo mide unos 150 metros de diámetro - construidos con, aproximadamente, 42.000 toneladas de piedra basáltica. Los círculos son en realidad las ruinas de unos muros gigantescos que, según los expertos, podrían haber medido nueve metros de alto. Se trataría pues de una arquitectura megalítica de hace 6.000 años construida por una sociedad de la que poco se conoce.
Parece probable que Rujm al-Hiri perteneciera a los residentes de unas villas encontradas cerca, que formaban parte de la misma civilización agrícola que habitó Tierra Santa en la Edad de Cobre, entre el 4500 y el 3500 a.C, antes, en cualquier caso, de que los israelitas llegarán allí, como mucho en torno al tercer mileno. Más allá de esto, no se conoce por qué razón se construyó una estructura tan grande, teniendo en cuenta que no es una fortaleza y su localización no es en absoluto estratégica.