Según los filósofos de Bochum, la conciencia animal no debería concebirse como un interruptor que puede estar encendido o apagado. Ellos defienden un enfoque diferente.

La conciencia no es como un interruptor
En el ámbito de la investigación hay un debate sobre qué animales tienen conciencia. También hay varios puntos de vista sobre cómo puede expresarse la conciencia. "Según un punto de vista, la conciencia es como un interruptor eléctrico, que o bien está encendido o bien está apagado: una especie tiene conciencia o no la tiene", explica Albert Newen. Una idea más refinada es que la conciencia puede concebirse como un regulador de intensidad: puede existir en distintos grados.
Albert Newen y Leonard Dung no están de acuerdo con ninguna de estas teorías. Según ellos, se pueden distinguir diez dimensiones, o aspectos, de la conciencia, que no necesariamente se pueden jerarquizar. Entre ellos figuran, por ejemplo, una vida interior rica en emociones, la autoconciencia o la percepción consciente. "No merece necesariamente la pena preguntarse si un ratón tiene más conciencia que un pulpo", aclara Albert Newen. "Se puede obtener una respuesta diferente, dependiendo del aspecto de la conciencia que se esté analizando".
Los investigadores de Bochum sugieren distinguir entre indicadores fuertes y débiles de la conciencia y asignar cada uno de ellos a determinados aspectos de la conciencia. "Esperamos que, en última instancia, sea posible medir cómo difiere la experiencia subjetiva de varias especies entre sí y en comparación con los humanos", resume Leonard Dung.
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