La Ciencia del EspírituS


Santa Hat

Navidad: la humanización como propósito mundial

Imagen
Justo estos días son momentos en que magnates comienzan a pensar la relación entre edad y expectativa de vida. Una de sus decisiones es aportar en obras de caridad a determinadas instituciones con el fin de "compartir" su riqueza con los necesitados. Sin embargo, no pasa de ser un simple negocio al azar pues se está intentando comprar "lo que puede venir después", portándose bien con quienes requieren del dinero para equiparar pecados mortales con cesión de riqueza material.

Afortunadamente así no es la lógica del mundo que se encuentra por sobre los seres humanos en forma cósmica y su mensaje es diferente: compartir de modo generoso a través de políticas sociales y acciones familiares o individuales dirigidas hacia la fraternidad es un comportamiento inteligente Esos actos de supuesto desprendimiento no se basan en una convicción divina sino en una inseguridad personal al acercarse a un final del cual no saben qué ocurrirá. Paradójicamente para éstos, las leyes del mercado no funcionan en el otro espacio.

Y esta reflexión profunda procede de un hecho que alberga a una gran parte del planeta y es la Navidad, fecha que recuerda el paso de Jesús y su experiencia vital a favor de la felicidad del ser y en contra de las esclavitudes, razón de su tortura y asesinato.

Comentario: Como complemento a este artículo les recomendamos:

¿Por qué tú no creas tu "propia realidad"?


2 + 2 = 4

Desarrollo de una intervención que mejora la capacidad crítica y el pensamiento científico de los adolescentes

ilusión
© Desconocido
Uno de los procesos de aprendizaje fundamentales que los humanos (y otros animales) ponemos en marcha desde que nacemos hasta que morimos tiene que ver con la detección de relaciones causa-efecto entre los sucesos que ocurren a nuestro alrededor. Aprendemos a predecir qué ocurrirá si nos acercamos demasiado al fuego, qué pudo provocar el enfado de un amigo, etc. De hecho, ser capaz de detectar estas relaciones es fundamental para nuestra supervivencia y, quizá por ello, la evolución nos ha convertido en detectores efectivos de relaciones causales. El problema es que, en situaciones ambiguas en las que existen muchos factores implicados, la detección de estas relaciones se complica enormemente. En estas situaciones las personas tendemos a buscar orden, en ocasiones "inventando" relaciones causales aunque éstas no vengan respaldadas por la evidencia objetiva. Entonces desarrollamos lo que se conoce como una "ilusión causal". La investigación sugiere que las ilusiones causales podrían estar en la base del pensamiento supersticioso, las creencias paranormales, la pseudomedicina, la formación de estereotipos sociales, y un sinfín de creencias irracionales que persisten en nuestra sociedad. Por lo tanto, el potencial dañino de estas ilusiones es considerable.

Aunque existen muchos laboratorios de Psicología que estudian los mecanimos por los que las ilusiones causales emergen y persisten, así como las condiciones bajo las cuales el desarrollo de estas ilusiones es más probable, no abundan los estudios que hayan explorado hasta qué punto podemos proteger a las personas contra el desarrollo de nuevas ilusiones de este tipo.

Comentario: Es importante destacar que no solamente lo que es llamado 'pseudociencia' resulta de ilusiones causales. Mucho de lo que es considerado 'buena ciencia' hoy en día resulta de las mismas ilusiones causales y otros tipos de sesgos, que la comunidad científica muchas veces atribuye a investigadores bien intencionados que buscan respuestas a temas que la 'academia' rechaza inmediatamente por no encajar en el modelo preestablecido de la 'ciencia' moderna.

Este artículo refleja la importancia del conocimiento de nuestros propios sesgos y mecanismos cognitivos para evitar caer en las ilusiones y poder aproximarnos más a la objetividad a través de un pensamiento verdaderamente crítico y abierto al análisis, así como el trabajo en una red de personas que puedan comparar los datos entre ellas. Como nos agrada decir, y cuya verdad hemos podido confirmar en repetidas oportunidades, EL CONOCIMIENTO PROTEGE.


Headphones

Cinco estudios psicológicos sobre la música y la memoria

La música tiene un poderoso efecto sobre nosotros, toca nuestros sentimientos, nuestras emociones, nos hace identificarnos con otros, y se guarda en nuestra memoria por años. Ella puede traer recuerdos a la consciencia que creímos haber olvidado, puede mejorar nuestro aprendizaje e incluso puede transportarnos a nuestra infancia o adolescencia.

música y memoria
© LaertesCTB (Flickr)
A continuación presentamos 5 investigaciones psicológicas sobre la música publicadas durante el 2013 que no te deberías perder:

Hearts

Ser cortés en tiempos modernos

Convivencia social
La palabra cortesía tiene la misma historia que cortejo. Es decir, se remonta a las antiguas cortes donde se reunía el rey con sus oficiales y vasallos para dictaminar los casos del día. Al hombre que se portaba bien en la corte le decían cortés y la cualidad que tenía la llamaban cortesía.

Podemos decir que cortesía entonces es la capacidad de "portarnos bien", teniendo en cuenta que en esa época el portarse bien daba la posibilidad de ser escuchado por el rey. Imagínense lo que significaba en ese entonces llegar al rey! Toda aquella persona que no era cortés no solo no era recibida por el rey, si no que corría serios riesgos físicos.

Aunque hayan pasado cientos de años, hoy no es muy diferente.

La cortesía nos hace "llegar al rey" en nuestras relaciones, entendiendo por llegar al rey, adentrarnos en lo más preciado y profundo.

Con el correr del tiempo la cortesía se ha ido transformando en dos pilares fundamentales de toda buena relación. Me gusta ver a estos pilares como un picaporte al éxito en las relaciones: el respeto y la presencia.

Heart - Black

La pobreza podría afectar al desarrollo cerebral de los niños

pobreza y desarrollo cerebral
© Ed-meister (Flickr)
Los niños que viven en la pobreza podrían sufrir de un retraso en el desarrollo de la materia gris y en la región parietal y frontal del cerebro. Estos datos fueron publicados (Descarga el PDF) el 11 de diciembre en la ya conocida revista PLOS ONE.

La investigación fue desarrollada por científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, quienes realizaron un cuidadoso muestreo que excluyó los datos de niños cuyos cerebros hayan sido posiblemente afectados por otros factores como: una madre fumadora o bebedora durante el embarazo, complicaciones en el parto, lesiones cerebrales, historia familiar psiquiátrica, etc. Esto les permitió realizar un análisis de los datos depurados de 338 imágenes del cerebro de 77 niños poco después de su nacimiento hasta los 4-5 años de edad.


Comentario: Para una perspectiva más objetiva sobre el efecto del tabaco durante el embarazo ver: Fumar durante el embarazo perjudica a su hijo: un mito


Magic Wand

Espiritualidad y Sobriedad una investigación con adolescentes en tratamiento

Espiritualidad y tratamiento psicológico
© Bejora1 (Flickr)
Durante el Congreso Anual de la Asociación Americana de Sociología, desarrollado en Nueva York, se presentó una interesante investigación que encontró que la espiritualidad en los adolescentes en tratamiento por abuso de sustancias, se asocia con una mayor probabilidad de abstinencia, incrementa las conductas sociales positivas y reduce el narcisismo.

El estudio exploró las experiencias religiosas de 195 adolescentes con problemas de abuso de sustancias de entre 14 y18 años de edad, que fueron remitidos por un juzgado para recibir tratamiento en el centro New Directions, el cual utiliza el programa de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, y no requiere que los participantes tengan ningún tipo de creencia religiosa en particular.

Los investigadores evaluaron las "experiencias espirituales diarias" independientemente de las "creencias y conductas religiosas." Las experiencias espirituales diarias no están vinculadas a ninguna tradición religiosa en particular e incluyen sentimientos de una presencia divina, paz o armonía interior, abnegación y benevolencia hacia los demás.

People

El mito del abusador abusado, ¿cómo se construye la subjetividad de un abusador?

abuso infantil
© Suzanne Tucker | Shutterstock
Quienes hemos tenido alguna oportunidad de observar las conductas de los abusadores frente a la Justicia constatamos una doble estrategia, ya que por un lado se mantienen firmes aún después de la condena en no reconocer algo de su culpabilidad, y por el otro sus abogados defensores, cuando la causa se complejiza, suelen esgrimir la argumentación de que los abusadores han sido cuando niños abusados por algún adulto. Es ante esta estrategia, muchas veces exitosa, que me permito hablar del mito del abusador abusado. Mito que, ante nuestra sorpresa, habita también en los esquemas conceptuales de muchos colegas bien intencionados pero malformados que avalan desde lo especulativo aquello que no necesariamente tiene correspondencia comprobable tanto en la clínica como en lo pericial.

X

"To be or not to be": Problemas de un diagnóstico "de libro"

dsm 4 y 5
© DesconocidoManual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (en inglés Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, DSM)
La revista Frontiers in Public Health ha lanzado recientemente una nueva sección dedicada al campo de la salud mental pública. El primero de los artículos publicados en ella, a cargo del profesor Wulf Rössler, de la Universidad de Zürich (Suiza), reflexiona sobre elimpacto de las clasificaciones psiquiátricas en la práctica y la investigación en el ámbito de la salud mental. Como es seguramente bien conocido, la reciente aparición del DSM-5 ha avivado el debate, por otra parte siempre latente, de los beneficios y problemas que se asocian al uso de las clasificaciones diagnósticas de los trastornos mentales. Este es un tema que no sólo suscita interés entre los profesionales de la salud mental, sino también entre la población en general. El dictamen basado en estos "libros sagrados" de la psiquiatría y la psicología clínica tiene un impacto directo en las vidas de aquellas personas que cumplen con los criterios de alguna de sus categorías. Es un tema, por otra parte, que parece polarizar a los interesados en él, agrupados en defensores y detractores de las distintas clasificaciones o de enfoques alternativos, como se ha puesto de manifiesto en las redes sociales. Por eso, es especialmente destacable el planteamiento sereno y moderado que Wulf Rössler lleva a cabo sobre las clasificaciones psiquiátricas, las limitaciones de éstas, su impacto social y las propuestas para la mejora de las tareas diagnósticas.

En este sentido, el punto de partida es un dato que sin duda llama la atención: progresivamente, las ediciones sucesivas del DSM han ido incrementando el número de categorías diagnósticas existentes, pasando de 106 trastornos mentales en la primera edición, allá por los años 50, a 265 en el DSM-III y 297 en el DSM-IV. ¿Quiere esto decir que, fruto de los esfuerzos de la investigación, hemos ido descubriendo nuevos problemas mentales que antes nos pasaban desapercibidos? ¿O que han aparecido nuevos trastornos mentales antes inexistentes? Parece que ni lo uno ni lo otro. En línea con una progresiva psiquiatrización de la vida cotidiana, esta proliferación de categorías parece más bien obedecer a una disminución del umbral de diagnóstico. Es decir, que patrones comportamientos que antes no eran considerados como psicopatologías pasarían a considerarse como tales. Alguien podría pensar que mejor así; ya que rebajar los criterios para ser encasillado en un diagnóstico reduce las posibilidades de cometer "falsos negativos", esto es, de que alguien se escape sin su "merecida" etiqueta. Pero tiene otro inconveniente, y es que se incrementan las posibilidades de que uno acabe siendo un "falso positivo", y que "oficialmente" se le asigne un trastorno cuando en realidad no sufre patología alguna. Como señala Rössler, la cuestión no es menor, ya que -para bien o para mal-los diagnósticos tienen efectos directos en las vidas de las personas y en la vida de una sociedad.

Comentario: No debemos olvidar que, así como sucede con las demás enfermedades y los intereses de la industria farmacéutica en mantenernos enfermos para vender sus medicamentos. La psiquiatría y sus diagnósticos han generado miles de millones en ganancias para esta industria en lo que se refiere a medicamentos para "tratar" los diferentes trastornos mentales.

Para más información, ver:

Documental: La Psiquiatria, Industria de la Muerte
La Verdad sobre la Psiquiatría - El Negocio de los Fármacos
Tímidos, tristes, y rebeldes, las nuevas víctimas del DSM
Millones de personas diagnosticadas con enfermedades mentales, ¿control social o negocio del big pharma?


People 2

El mito de la Catarsis: descargar el enojo ¿es saludable?

pajaro enojado
© Denis Dervisevic (Flickr)El mito de la Catarsis: Uno de los mitos más difundidos por la psicología popular
Quienes trabajamos con terapias focalizadas en emociones, como la Terapia Dialéctico-Conductual, sabemos que la "descarga" emocional no siempre es beneficiosa para la vida de las personas. Es más, en muchos casos, puede ser perjudicial a largo plazo y convertirse en un obstáculo para la obtención de metas vitales.

Se suele utilizar el término coloquial "descarga emocional" para referirse a la expresión emocional en términos del impulso de acción que incluye la emoción. Es decir, la descarga implicaría la disminución de la tensión emocional a través de la realización del impulso que dicta la emoción, lo que la emoción nos dice que hagamos. Pero lo cierto es que la respuesta emocional no es necesariamente parte del fenómeno emocional, es decir, podemos responder de muchas maneras diferentes sintiendo esa misma emoción. Puedo enojarme con mi jefe lo que no implica necesariamente "gritarle y dar un portazo".

Nuestra respuesta frente a la experiencia emocional puede ser variada, y podemos aumentar estas opciones de respuesta a través de la práctica y la generalización de las habilidades de regulación emocional (Linehan, 1993).

Una de las habilidades más sencillas pero no necesariamente fácil de practicar, es simplemente la contemplación de la ola emocional, desde que surge luego de un disparador específico hasta que se produce un retorno a la línea de base; retorno que inevitablemente sucederá si nos permitimos estar con la emoción sin reaccionar a ella.

A pesar de ésto, se sigue sosteniendo que las emociones, mal llamadas "negativas", como el enojo, deben poder "descargarse" porque sino algo terrible ocurrirá. Tanto el saber popular como algunas corrientes psicológicas han alentado estas ideas que están muy arraigadas en la cultura pese a las evidencias fuertes en su contra. "Si no me descargo, voy a explotar", "si no expreso mi enojo, me queda adentro y me voy a enfermar", "el enojo se acumula hasta que uno estalla" son algunas de las versiones de una misma historia que termina justificando las respuestas impulsivas del enojo que pueden generar daño a nosotros mismos o a otras personas.

Afortunadamente hay gente dispuesta a investigar y derribar mitos que no contribuyen a una vida saludable. Tal es el caso de Scott Lilienfeld y su equipo, que escribieron un libro muy interesante sobre Mitos de la Psicología Popular (Lilienfeld, 2011). A continuación les comparto algunos fragmentos que traduje del libro, sobre el alcance del mito de la catarsis y la evidencia en su contra ("Mito Nro. 30: Es mejor expresar el enojo hacia los demás que guardarlo para sí"):

Toys

Altruismo y reciprocidad en la infancia

El mito del buen salvaje dice que nacemos en un estado de inocencia, que somos "buenos" por naturaleza, y que la inserción en una sociedad artificial y decadente va deteriorando esta personalidad naïf y a la vez encantadora, a medida que crecemos. Pero, ¿es realmente un "mito"?
Imagen
© Big & Small, by Christos Kalohoridis/Kindle Entertainment/Wikimedia Commons
Un estudio aparecido en Nature el pasado año indicaba que nuestro primer impulso, cuando no nos paramos mucho a pensar, es el de cooperar con nuestros semejantes; mientras que cuando somos reflexivos y tomamos las decisiones lentamente -cuando nos paramos a pensar y reparamos en los costes-, entonces ya no mostramos un comportamiento tan prosocial. Parecería como si nuestro "buen salvaje interior" aún pugnara por salir a la superficie, en aquellos momentos en que nuestras calculadoras capacidades reflexivas no están al tanto para hacer de contrapeso. Una nueva investigación nos vuelve a mostrar la cara amable de nuestra naturaleza, y apunta a que, desde nuestra más tierna infancia, tendemos a ser generosos y altruistas. Aunque, por otra parte, como avisara Rousseau, "desde los primeros pasos ya nos apartamos de la naturaleza".

Sabemos que hacia los dos o tres años, los niños empiezan a ayudar a los demás y a compartir con ellos sus recursos. Por otra parte, al menos en los adultos, la reciprocidad juega un papel muy importante a la hora de decidir con quién se coopera, a quién se presta auxilio y a qué personas cedemos nuestros bienes, aunque esta afirmación requiere ciertos matices en función del contexto. Pero, ¿ocurre lo mismo en niños? ¿qué papel juega la reciprocidad en su comportamiento altruista? Según señalan Felix Warneken y Michael Tomasello, de la Universidad de Harvard y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, respectivamente, caben tres posibilidades.