© Ulrike Baumgart.Kris Martin with Vase (2005)
Entre el
30% y el 70% de las personas que han pasado por una situación vital adversa o han sufrido un acontecimiento traumático manifiestan que
han salido fortalecidos tras superar estas dificultades y que, en algún sentido, la experiencia les ha hecho crecer. Por paradójico y contraintuitivo que pueda parecer,
las vivencias que tienen un mayor potencial destructivo son también aquellas que pueden activar en el ser humano su potencial positivo con mayor intensidad. Como expresa el dicho popular, "aquello que no te mata, te hace más fuerte".
Un artículo de Stephen Joseph (2012), aparecido en
The Psychologist, nos invita a reflexionar desde una nueva perspectiva sobre el tema del
crecimiento post-traumático. Con base en la psicología positiva, su enfoque asume que la gente tiene una capacidad innata para saber lo que es importante para ellos y lo que es esencial para una vida satisfactoria, y que
nos hallamos intrínsicamente motivados para movernos en la dirección del crecimiento (Joseph, 2009). Así, incluso en las situaciones más complicadas, nuestro "instinto" sería el de salir adelante. Ahora bien, el proceso de afrontar la adversidad puede requerir la realización de algunos "ajustes" en la forma de entender y dar sentido a los eventos ocurridos; y también, en función de la intensidad del desafío, puede favorecer una verdadera
transformación de la persona.
Comentario: aunque es posible que exista tal molécula y sea un factor más relacionado a los trastornos de estrés, ansiedad y/o depresión, no debemos dejarnos seducir por la idea de que todo puede ser curado o "arreglado" a fuerza de medicamentos. Este parece ser siempre el enfoque de la ciencia médica moderna: investigar para desarrollar químicos para luego aplicar a nuestro organismo y así "curar" todos los males. Décadas de vivir bajo este paradigma ha sido suficiente prueba del enorme error que constituye.
Por otro lado abrazar este tipo de soluciones "mágicas" normalmente supone alejarse de formas más naturales y armónicas de curar de verdad nuestros males.
Mucho hemos publicado sobre las consecuencias de una mala nutrición y de la exposición a un ambiente tóxico. El desequilibrio que desencadena en el organismo determina el arribo de todas las enfermedades modernas. Diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, decenas de formas de infección y/o inflamación, trastornos de índole crónico como alergias, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, así como también todo tipo de trastornos psicológicos/emocionales como la depresión y la ansiedad, son sólo una parte de los brutales males que produce una nutrición inadecuada y la "vida" moderna.
Los invitamos a investigar respecto a todos estos temas comenzando con estos artículos
- Alimentación moderna vs. alimentación sana, fuentes de toxicidad, el rol de las reacciones inflamatorias y las sensibilidades alimentarias en las enfermedades crónicas, modernas o idiopáticas
- La dieta paleolítica revisada
y los estimulamos a realizar su propia búsqueda utilizando el buscador de SOTT.
Como un dato final, pero no de menor importancia, no queríamos dejar de mencionar que tanto el estrés como un sin fin de trastornos de ansiedad y la depresión, son problemas que nos afectan a casi todos hoy en día. El programa de rejuvenecimiento Eiriu Eolas constituye un modo natural y de notable eficacia para disminuir los niveles de estrés y lidiar mejor con las emociones, siendo una excelente manera de evitar las condiciones de salud mencionadas en los párrafos precedentes.