La Ciencia del Espíritu
El placer de sentir el roce de sus dedos con las teclas de un piano era algo totalmente ajeno a Derek Amato. Hace 6 años, este hombre de Estados Unidos estaba jugando con sus amigos en una piscina cuando, por accidente, golpeó duramente su cabeza. El impacto fue letal.
Pero en una epifanía biológica, Derek adquirió un inexplicable don que en alguna parte de su cerebro se alojaba tímidamente: el joven se había convertido en un virtuoso pianista.
Gage se convirtió así en el protagonista de lo que muchos expertos consideran el caso más famoso de la historia de la neurociencia.
Aunque Gage mantuvo su capacidad mental razonablemente bien dadas las terribles circunstancias, su personalidad cambió de modo drástico, lo cual los médicos de aquella época ya atribuyeron a los destrozos en su cerebro, si bien, dado el estado de la ciencia médica de entonces, no fue posible determinar el alcance exacto de los daños en términos de la moderna neurología. Gage dejó de ser un veinteañero amable y respetuoso para convertirse en un sujeto irreverente y un tanto lunático e indisciplinado. Sus amigos y conocidos decían que ya no era la misma persona.
Un equipo internacional de científicos ha realizado el mapa más completo del amor en el cerebro humano. La neurociencia había ubicado con precisión las zonas cerebrales que originan el deseo, la ira, el miedo y funciones cognitivas complejas; pero el amor había probado ser elusivo.
Científicos de la Universidad de Concordia, junto con colegas de las universidades de Sycaruse y Virginia Occidental en Estados Unidos y el Hospital Universitario de Ginebra en Suiza, revisaron 20 estudios previos que habían analizados la actividad cerebral del amor y el deseo sexual aplicando resonancias magnéticas a sujetos mientras estos veían imágenes eróticas o fotos de sus seres queridos entre otras tareas.
Al parecer el amor activa la ínsula y núcleo estriado, dentro del sistema límbico del cerebo, asiento de las emociones humanas. El amor y el deseo sexual están relacionados pero activan diferentes partes del núcleo estriado; el área activada por el deseo sexual usualmente se activa por cosas que son inherentemente placenteras, como la comida y el sexo. El área activada por el amor está involucrada en el proceso de condicionamiento a través del cual se les otorga valor a las cosas placenteras: los sentimientos de deseo sexual que se desarrollan en amor son procesados en otra parte del núcleo estriado.
La ínsula es una porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el lóbulo temporal y lóbulo frontal, mientras que el núcleo estriado está localizado cerca, en el cerebro anterior.
Llevaba tres años en tinieblas. Una granada en Basora (Irak) en 2007 le dejó completamente ciego. Craig Lundberg, soldado del Segundo Batallón del Regimiento de The Duke of Lancaster (del Reino Unido), sobrevivió a la explosión, aunque perdió el ojo izquierdo y el derecho quedó dañado irremediablemente. Pero esta semana ha recuperado la esperanza. Ha visto luz, literalmente, entre tanta sombra. Un dispositivo en desarrollo -el BrainPort- le permite distinguir formas gracias a que convierte las señales visuales en eléctricas.
A sus 24 años, Lundberg ha sido elegido por el Ministerio de Defensa del Reino Unido para probar la nueva tecnología, que podría revolucionar el tratamiento de la ceguera. Para ello, el joven, fan del fútbol (y en concreto del Liverpool), ha viajado a Pittsburgh (EEUU), donde ha aprendido a manejarlo.
Científicos argentinos y brasileños iniciaron el primer estudio en personas para confirmar, como se sospecha, que ciertas células madre pueden reparar zonas del cerebro dañadas en un ataque cerebral, y atenuar o borrar sus secuelas, informó ayer el Ministerio de Ciencia.
El ensayo clínico, el primero en su tipo aprobado por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), será realizado por los institutos argentinos FLENI y CEMIC junto a seis hospitales de Brasil, y financiado por los ministerios de Ciencia de los dos países.
Estos son los resultados de un estudio realizado durante tres años en 30 países europeos por un grupo científico dirigido por Hans Ulrich Wittchen, director del Instituto de Psicología Clínica y Psicoterapia de la Unversidad de Dresde, Alemania. Los resultados no han sido comparados con la situación de este tipo de enfermedades en otras partes del mundo debido a la diferencia de los parámetros empleados en otras investigaciones.
Una parte de los 33 genes de personas que padecen autismo, también predominan aunque en una forma modificada en pacientes esquizofrénicos. Investigadores estadounidenses aseguraron esto en un reporte del Centro de Investigación Genética en Massachusetts citado por el sitio online HealthDay.
Según la investigación, por primera vez quedó establecido un enlace de la esquizofrenia con el autismo en 22 de sus 33 genes. "Arreglando los genomas de un grupo de niños con trastornos neurológicos, incluso con autismo, logramos encontrar el lugar exacto donde se 'rompieron' las hebras de ADN y cambiaron sus segmentos dentro de un cromosoma o entre los cromosomas", explicó el científico James Guzella, director del Centro y cabeza del estudio.
En 1962 el reconocido psicólogo social Solomon Asch se confabuló con el equipo del programa Candid Camara para demostrar como las personas se conforman a la norma. La facilidad con la que una persona modifica su conducta para conformarse con la de un grupo hace pensar en que se trata de un truco o una broma - que es una farsa. Pero esto sólo ocurre porque observar cómo se diluye la individualidad resulta cómico y francamente ridículo cuando no estamos dentro de ese grupo - si un indiviudo ve este video en un grupo en el que nadie ríe, probablemente ese indiviudo no se reirá. Tomamos conciencia al observar desde fuera nuestra conducta grupal que la realidad colectiva, la del experimento o la de fuera del experimento, es la farsa de la individualidad.
Este mismo experimento fue replicado en la Universidad del Sur de Florida con los mismos resultados: una persona en el elevador ante la amenaza de marginarse del grupo actúa conforme a la norma, aunque la conducta que imita sea anormal.
Un estudio, publicado en Archives of General Psychiatry, ha mostrado que los psicópatas, quienes se caracterizan por falta de empatía, tienen menos sustancia gris en el área del cerebro relacionada con el hecho de entender las emociones ajenas.
Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética cerebral de 44 criminales adultos violentos en Gran Bretaña que ya habían sido diagnosticados de trastornos de personalidad antisocial (TPA). Los crímenes que habían cometido incluían asesinato, violación, intento de asesinato o graves daños corporales. De los 44 hombres estudiados, 17 sufrían TPA y una psicopatía. Los investigadores también escanearon el cerebro de 22 hombres sanos que no habían cometido delitos.
Los resultados mostraron que el cerebro de los psicópatas tenía mucha menos sustancia gris en la corteza prefrontal anterior y en los lóbulos temporales que los criminales no psicópatas y las personas normales. El equipo concluyó que existen claras diferencias de conducta entre las personas con TPA dependiendo de si sufren o no una psicopatía. Sus patrones de criminalidad son diferentes, lo que indica la necesidad de un enfoque separado en el tratamiento.
Para leer el estudio completo ir a [Arch Gen Psychiatry 2012]

Cambiando solo la palabra « psicópata » por « político » en la definición de psicopatía cuadran perfectamente los síntomas de este trastorno psicológico.
Además, los políticos tienen como característica el tener necesidades especiales y formas atípicas de satisfacerlas, que en general implican cierta ritualización. El acto político hacia el otro se configura mediante la necesidad del político y su código propio, que desde su punto de vista lo exime del displacer interno.
El problema de las necesidades de los políticos es que al no ser compartidas por el grupo, no pueden ser comprendidas ni generar empatía, por situarse fuera de las leyes de la costumbre y del bien común, aunque estas necesidades son sentidas con fuerza e impelen a la acción para el político.
Comentario: Para entender con mayor claridad la evidente correspondencia entre "ser político" y "ser psicópata" sugerimos la lectura del material de "Ponerólogía Política".
Estos artículos consituirán un excelente punto de partida:
Ponerología 101: Trepando a la cima
Reflexiones sobre Ponerología Política
Los patócratas
Ponerología 101: Serpientes en traje