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Más que sentir mariposas en el estómago, el amor que experimenta cada humano trasciende en una violenta reacción química que se genera en algunas regiones del cerebro.
Más que sentir mariposas en el estómago, el amor que experimenta cada humano trasciende en una violenta reacción química que se genera en algunas regiones del cerebro, cuyas reacciones son motivadas por la adrenalina, dopamina y serotonina, las cuales son secretadas desde el hipotálamo.
De acuerdo con algunos estudios en medicina neurológica, el amor podría tener caducidad en el proceso químico que se genera, incluso sus efectos duran aproximadamente dos años, pero algunos especialista no comparten esta idea debido a que cada individuo actúa de manera diferente hacia el amor.
Según Natalia Aguillón Cabañas, médico especialista en neurología y egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el amor somete al cerebro en tres fases; la primera es la del "deseo", en donde se involucran dos hormonas sexuales: los estrógenos y la testosterona, estás secreciones determinan el placer y el gusto por la persona.
La especialista explicó que una vez concluida la fase del deseo, los estímulos químicos que produce el cerebro lo conllevan a la etapa de la "atracción o enamoramiento", en este período es cuando se producen los sentimientos, a través de las sustancias químicas que secreta el cerebro.