La Ciencia del Espíritu
Con todo, sí que se han identificado una serie de pensamientos automáticos que distorsionan nuestra percepción de la realidad, tornándola menos halagüeña. Son lo más parecido a virus mentales que evitan que la felicidad prospere en nuestro campo mental.
Pensamientos que es conveniente evitar
Algunas de las distorsiones cognitivas (es decir, malas interpretaciones de la realidad) que deberíamos esquivar en cuanto nos salieran al paso son las siguientes, según recogen Robert L. Leahy, Stephen J. F. Holland y Lata K. McGinn en Treatment Plans and Interventions for Depression and Anxiety Disorders.
La investigación, publicada en la revista Brain and Cognition, examinó los efectos de la técnica conocida como Meditación Trascendental (TM), que se propone conseguir una "conciencia plena" o mindfulness a través de la percepción o la experiencia de uno mismo.
En realidad, por meditación se entiende cualquier práctica que pretenda entrenar la mente para conseguir un beneficio específico, ya sea de salud, capacidad de concentración o liberación de conceptos o creencias que se quieren superar.
En MindMatters continuamos el debate sobre Zaratustra y la religión conocida como zoroastrismo, examinamos lo que esta destacada figura de la antigüedad pretendía hacer. Y cuán trascendentales y relevantes llegaron a ser sus conceptos. También echamos un vistazo a la escatología precristiana de Zoroastro o su visión del "fin de los tiempos", entre otros conceptos que informaron a las grandes religiones monoteístas del mundo.
A veces tenemos que mirar hacia atrás para dar un paso adelante; ¿qué cosas podríamos tomar sobre esta antigua enseñanza que nos ayudaría en tal esfuerzo? Resulta que hay mucho que aprender de la cosmología del zoroastrismo y su marco para la elevación moral del mundo.
¿Es posible entrenar el cerebro para ser felices? Vivimos un momento donde la llamada «industria de la felicidad» parece querer convencernos a través de infinitas publicaciones que el ansiado bienestar está siempre al alcance de nuestra mano.
Bastaría con aplicar una serie de estrategias. Sin embargo... ¿es esto tan fácil? ¿existe quizá una fórmula tan sencilla para respirar con mayor alegría y optimismo?
La respuesta es «no». En materia de cambio, en esa artesanía que es el avance hacia el bienestar psicológico y la auténtica plenitud, nada es fácil ni rápido.
La inteligencia apreciativa define una competencia muy similar a la que nos enseñó Viktor Frankl en su libro El hombre en busca de sentido. Es la habilidad para identificar la oportunidad en medio de la adversidad. Es ser capaz de ver lo valioso de uno mismo y del ser humano para activarlo y hacer de esa luz, el faro que nos oriente en medio de las dificultades, los desafíos y las complejidades.
Este concepto surgió en el 2006, a raíz de la publicación de un trabajo titulado Appreciative Intelligence seeing the mighty oak in the acorn, del profesor Tojo Thatchenkery, de la Universidad de Arlinton, Estados Unidos. El enfoque, como tal, se orienta sobre todo al mundo del trabajo, a alzarse como una herramienta más con la que favorecer la innovación y una actitud más resiliente con la que alcanzar el éxito o simplemente, la realización profesional.
Comentario: el autor nos pregunta: ¿realmente sabemos lo que es el amor? En el día de San Valentín compartimos con nuestros lectores este excelente artículo de Bernhard Guenther, quien con elocuencia y lucidez, no invita a responder esta pregunta.
Traducido al castellano por sersignificaser.blogspot.com y revisado por sott.net.
Eso es lo que John Lennon cantaba, y es verdad, todo lo que necesitamos es amor. ¿Pero realmente sabemos lo que es el amor? Amor es una palabra que se canta en canciones, está escrita en poemas, sale mucho de la boca de las personas y es algo que muchos anhelan de una manera u otra, mayormente en cuanto a una pareja. Se escucha mucho durante estos días: "Céntrate en el corazón" y "Ama", "¡El amor es la respuesta, porque el amor siempre gana!", "¡Envía Amor y Luz!" y así sucesivamente. Las personas postean la palabra Amor en sus cuentas de Facebook como su Religión: Ama, y usalo generalmente en conversaciones rutinarias. Es vista como la solución a todos los problemas del mundo. ¡Todo lo que necesitas es amor!
La nueva y fascinante investigación, demuestra que la música cura y sugiere que en el futuro, la música podría prescribirse para ayudarnos a concentrarnos, sentirnos más felices, relajarnos y superar la tristeza.
Una nueva investigación de la Academia Británica de Terapia de Sonido (BAST) ha demostrado que hay una dosis común para la música y reveló cuánto tiempo necesita una persona escucharla para experimentar un efecto terapéutico.
En el primer grupo se encuentran neurotransmisores como la serotonina, la oxitocina, las endorfinas y los endocannabinoides. Nos hacen disfrutar la comida, el sol, la actividad física, el sexo y el contacto social.
Dentro de los neurotransmisores del deseo hay un líder claro: la dopamina. Cuando sientes antojos de donuts o deseos de revisar Instagram, la dopamina es la responsable principal.
Hoy entenderás mejor el poder de este neurotransmisor, y cómo los ayunos de dopamina (la última moda en Silicon Valley) te pueden ayudar a usarla a tu favor. Explicaré también por qué esta práctica no es nueva en realidad, y cómo los estoicos recomendaban hace miles de años algo similar.
No cabe duda de que estamos viviendo la época de mayor acceso a la información, pero esta es más fragmentada, caótica y fugaz que nunca. Navegar por ese mar de información no nos garantiza la sabiduría, sino que nos sume en una especie de sopor inducido por el bombardeo de datos proveniente de diferentes fuentes, un estado de "atención parcial continua" que termina fragmentando y dispersando una de nuestras herramientas más valiosas.
Como dijera el premio Nobel de Economía Herbert Simon: la información consume "la atención de sus receptores. De ahí que el exceso de información vaya necesariamente acompañado de una pobreza de atención".

El tiempo de reacción a un evento estocástico (no determinista) es proporcional al recíproco de su probabilidad.
De forma no consciente, el cerebro realiza matemáticas complejas para procesar la información que procede del entorno a través de los sentidos.
Pero cuando se enfrenta a la eventualidad de prepararnos para el futuro, apura sus cálculos: no solo necesita saber qué va a ocurrir, sino también, y no menos importante, cuándo.
La nueva investigación ha descubierto cómo se las ingenia el cerebro para anticipar el futuro, ya sea en circunstancias normales o excepcionales: recurre a un sistema de pensamiento rápido y a la lógica difusa para que reaccionemos adecuadamente.
Comentario: Vea también: