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En los suburbios de Johannesburgo, unos voluntarios organizaron una colecta de botellas de agua para ayudar a agricultores desesperados. Ante la peor sequía en mucho tiempo, cada gota cuenta.Los cultivos han quedado destrozados y los grifos de las ciudades se secan, lo que explica la importancia de las botellas y bidones de plástico llenos de agua.
Janine Boshoff vive en Boksburg, en las afueras de Johannesburgo. Un día leyó un mensaje colgado en Facebook por un ganadero que le impactó: dudaba si debía matar a su ganado que se moría de sed.
"Si un ganadero pudo sentir esas emociones por un animal, espero que los hombres puedan sentir lo mismo los unos por los otros", afirma esta mujer de 35 años.
Janine se puso manos a la obra. Pidió a sus vecinos que llenaran sus botellas vacías. Pasados unos días, el jefe de su hermana puso a disposición un camión para transportarlas a la provincia del Estado Libre (centro), el corazón agrícola del país, muy afectado por la sequía.
Su vecina Jolanda de Plessis y su empleada doméstica recorren las calles para distribuir folletos. Por la noche cuentan las botellas y las apilan en casa de Jeanine.
Comentario: Sin duda es una situación trágica la que viven éstas personas, y más aún sabiendo que se podría ayudar a todas ellas si tan sólo hubiera verdadera voluntad por parte de las personas que poseen y manejan los recursos (y los avances tecnológicos) del planeta. El problema es que no existe tal voluntad y esas personas más bien se benefician de mantener a los humanos en la miseria, para poder controlarlos mejor de manera oportunista. Vea:
Gran juego del cambio global: Nuestra civilización se dirige hacia el destino de la Edad del Bronce: destrucciónSin embargo, más allá de eso, cabe recordar que estas sequías y las altas temperaturas mencionadas no indican un "calentamiento global" como se supone normalmente. Como lo menciona el mismo artículo, se trata de un fenómeno bastante específico llamado El Niño. Además, como lo mencionamos en el comentario más arriba, quizás este fenómeno regular está siendo exacerbado por otros eventos de los cuales no escuchamos hablar mucho y podrían ser aún más devastadores que las sequías y las lluvias que vemos hoy en día.
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Comentario: Recordemos las consecuencias del Calbuco tras su erupción en abril del año pasado: