
Al secarse en forma progresiva las lagunas, los peces se quedan sin oxígeno y mueren, obviamente.
Se presume que este fenómeno se debe al paulatino achicamiento de estas reservorios y a las altas temperaturas que dejaron muy expuestos a los peces que allí se desarrollaron tras el desborde del mencionado recurso hídrico.
Tras observar esta penosa situación, distintas organizaciones ambientalistas de la zona solicitaron a los municipios de Bell Ville y de Morrison y al Gobierno de Córdoba que arbitren los mecanismos necesarios para evitar la muerte de los peces que aún subsisten en estas lagunillas.
Comentario: Últimamente estamos asistiendo en todo el planeta a una mayor agresividad por parte de los osos. Lo mismo podríamos decir de otras especies... ¿será una señal de los tiempos?
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