© LA NACION Balsategui, Heiland y Pailhe, en Necochea, frente a un canal que desagota el agua de la inundación.
A la fuerza, Pedro Pailhé se convirtió en un especialista en sortear obstáculos con su camioneta.
Por las intensas lluvias, que descargaron entre 180 y 200 milímetros hace quince días y llevaron el registro anual a 900 milímetros, por encima de lo normal, el camino que va a su campo quedó intransitable. Hoy, la única forma que tiene de acceder es recorrer unos 40 kilómetros de playas y médanos. Es toda una excitante aventura la que tiene que enfrentar en ese trayecto, pero no lo hace por distracción, sino para ir a trabajar.
En este partido, que posee 420.000 hectáreas, 100.000 hectáreas quedaron totalmente afectadas por la inundación. Allí había cebada y trigo sembrados y lotes de maíz que esperaban por la cosecha. En cebada y trigo, las pérdidas se ubicarían del 30 al 40 por ciento.
A su vez, de la red de caminos rurales, que abarca 1400 kilómetros, el 80% se encuentra intransitable.
"Entre la ruta 228 y el mar están todos los caminos muy complicados y muchos entramos yendo por los médanos", graficó Pailhé. En ese recorrido debe atravesar tres correntadas de agua que cruzan.
Comentario: Hace tres días se registró otro:
Sismo de 5.9 grados se registró en las cercanías de Isla de Pascua