Traducido por el equipo de SOTT.netEn la región rural de Beni, en Bolivia, cerca de la frontera con Brasil, se han inundado vastas praderas donde antes pastaban las vacas, lo que ha obligado al ganado y a los vaqueros que lo arrean a nadar o vadear para llegar a pequeños parches de terreno más elevado.
La nación sudamericana se ha visto afectada por algunas de
las lluvias más intensas en décadas, que han dejado los campos de soja y los ranchos bajo el agua, poniendo en riesgo las exportaciones a los mercados extranjeros y haciendo subir los precios de los alimentos locales.
«Las inundaciones que estamos sufriendo ahora mismo son muy inusuales, muy graves para esta época del año», dijo a Reuters el ganadero Gunther Amatller mientras rescataba su ganado de las aguas de la inundación. «El agua no deja de subir. Es difícil predecir cuánto más subirá».
Según estimaciones locales, unas 200.000 cabezas de ganado, es decir, alrededor del 2 % de la cabaña nacional, están en peligro, luchando contra las inundaciones y la fatiga. Beni suministra carne de vacuno a todo el país y exporta a mercados como China.
Las inundaciones han afectado a 590.000 familias y han matado al menos a 55 personas.