© Ian Langsdon/ReutersEl Primer Ministro canadiense Justin Trudeau, el co-fundador de Microsoft Bill Gates, el expresidente estadounidense Barack Obama, el presidente francés Francois Hollande y el Primer Ministro indio Narendra Modi en la conferencia climática de Paris en 2015
Este pequeño escándalo en las guerras del clima, que yo llamaría NOAA-gate, en principio no parecía más que un rifirrafe académico sobre unas prácticas más o menos oscuras, y más o menos criticables - corregibles. Por situarnos:
La NOAA (
National Oceanic and Atmospheric Administration) es la agencia encargada de llevar los registros climáticos y meteorológicos de EEUU. Como tal, no es un instituto de investigación al uso movido por la mera curiosidad científica, sino un organismo gubernamental de ciencia de impacto en un entorno regulatorio.
No puede andarse equivocando así como así, y necesita unos estándares más de ingeniería que de mera "curiosidad". Si el científico se equivoca, no pasa nada. Se aprende de los errores. Si al ingeniero se le cae el puente, va a la cárcel. Y la NOAA tiene estándares de calidad correspondientes a su función.
Y de repente tenemos
la acusación de un científico de la NOAA de alto nivel, y precisamente de la sección encargada del cumplimiento de los estándares, que acusa a la agencia de incumplir sus propios estándares para alcanzar los objetivos políticos del gobierno de Obama. El impulso de la alarma del clima. Esencialmente, usar en un estudio de alto impacto una serie de temperatura más experimental que operativa, y no publicada. En contra de las normas de la propia NOAA. Y el único motivo que se ve para hacerlo así, en lugar de esperar a tener los datos en un estado de calidad operativa,
es la prisa por producir un impacto político ante el acuerdo de París. Objetivo que consiguieron.
Comentario: Como menciona el artículo, en lo que llevamos de febrero (9 días), hemos registrados dos volcanes submarinos en erupción:
Si tenemos en cuenta que el número de volcanes en erupción en este momento es mayor que el promedio ANUAL de TODO el siglo XX, una escalada comparable en actividad de sus homólogos bajo el agua parece bastante lógica.
Se estima que hay hasta un millón de volcanes submarinos en nuestro planeta. Los efectos de esta actividad volcánica, en combinación con el aumento de la desgasificación del metano o la radiación del desastre de Fukushima, están probablemente causando también la devastación en curso de la vida marina, con muertes masivas de peces y el extraño comportamiento migratorio que estamos presenciando.