
© SOTT.net
El sur de California sufrió uno de los incendios forestales más graves de su historia. Provocados por las rachas de viento de Santa Ana, con fuerza de huracán, una humedad por debajo de la media y una sequía sin precedentes, los incendios estallaron en los condados de Los Ángeles, Orange, Riverside, San Bernardino, San Diego y Ventura. El incendio de Palisades, en las afueras de Malibú, y el de Eaton, en Pasadena, fueron los más devastadores, consumiendo más de
15.000 hectáreas en total, calcinando más de 12.000 estructuras y cobrándose la vida de 24 personas. Más de 200.000 residentes se vieron obligados a evacuar cuando las llamas envolvieron barrios, incluidas zonas de alto valor, causando pérdidas económicas estimadas entre 250.000 y 275.000 millones de dólares. Equipos extranjeros ayudaron al personal de extinción de incendios a combatir los incendios durante semanas, en las que la contención se vio limitada por el viento implacable.
Los incendios afectaron permanentemente a la región, lo que llevó a un
gran proceso de reconstrucción.
Es importante mencionar que varias aseguradoras de propiedades en California redujeron la cobertura o dejaron de ofrecer nuevas pólizas para propietarios de viviendas en los últimos años, e incluso justo antes de los devastadores incendios, para limitar las pérdidas ante el riesgo de pagar enormes indemnizaciones debido a los incendios forestales.
Las redes sociales se inundaron de diferentes teorías sobre los orígenes del incendio; desde la incompetencia de las autoridades hasta las armas de energía directa (
véase los incendios de Lahaina como referencia), y los pirómanos. Es muy posible que sean todas ellas. Algunos incluso comentaron que se trataba de un mensaje del Estado Profundo para mantener a la élite de California a raya...
Hablando de vientos huracanados, una potente tormenta de 217 km/h azotó Irlanda y el Reino Unido, causando importantes daños y trastornos. Aunque se trató principalmente de un fenómeno de viento, se asoció con masas de aire frío ártico que afectaron a Europa.
Preste atención a estos desplazamientos de masas de aire, ya que son cada vez más frecuentes.
Una fuerte ola de frío afectó a gran parte de América del Norte, incluidos Canadá, Estados Unidos y el norte de México. Las temperaturas bajaron hasta los −36 °C en Saskatchewan (Canadá), y la sensación térmica llegó a los −50 °C. La ola de frío causó al menos 24 muertes y más de 500 millones de dólares en daños. Se registraron mínimos históricos en varios estados de EE. UU., incluidos Luisiana y Texas, con temperaturas de hasta −16,7 °C en Nueva Iberia, Luisiana.
El mismo sistema provocó nevadas récord en el sur de EE. UU., incluidos Luisiana, Alabama y Florida. Baton Rouge, Luisiana, registró su temperatura más fría desde 1930, con -13,9 °C, y las nevadas alcanzaron un total de 25,4 cm en algunas zonas,
batiendo récords en regiones poco acostumbradas a este clima invernal.El aire ártico desplazado también contribuyó a condiciones inusualmente frías en algunas partes de Europa y Asia, y algunas regiones experimentaron períodos prolongados de temperaturas por debajo de la media.
Groenlandia y el extremo oriente de Rusia experimentaron una ola de frío significativa, con temperaturas que cayeron muy por debajo de los promedios estacionales. En Groenlandia, la ola de frío fue parte de un patrón más amplio de aire ártico que influyó en la región, lo que provocó períodos prolongados de temperaturas bajo cero y fuertes nevadas. Mientras tanto, en el extremo oriente de Rusia, particularmente en Siberia, las temperaturas cayeron a niveles extremos, y en algunas zonas se registraron temperaturas tan frías como −50 °C.
Estas gélidas condiciones alteraron la vida cotidiana, provocando retrasos en el transporte, cierres de escuelas y un aumento de la demanda de energía para la calefacción. La ola de frío también contribuyó a
la expansión del hielo marino.Las fuertes lluvias provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra devastadores en la regencia de Pekalongan, Java Central, Indonesia, causando daños generalizados. En total, 25 personas murieron, 13 resultaron heridas y 4 siguen desaparecidas. Las inundaciones y los corrimientos de tierra también destruyeron dos puentes y bloquearon las carreteras de acceso, lo que dificultó gravemente las labores de rescate. El gobierno de la regencia de Pekalongan declaró el estado de emergencia durante 14 días.
El ciclón Dikeledi, una potente tormenta de categoría 3, azotó la región del Océano Índico causando una devastación generalizada. Tocó tierra en Madagascar el 12 de enero, trayendo consigo vientos destructivos, fuertes lluvias e inundaciones que desplazaron a miles de personas y se cobraron al menos tres vidas. El ciclón se intensificó de nuevo en el canal de Mozambique, azotando la provincia de Nampula, donde dañó o destruyó más de 18.000 hogares y dejó a más de 70.000 personas afectadas. El ciclón mostró un rumbo hacia el sur y una intensidad sin precedentes.
Todo esto y más en nuestro Resumen SOTT de cambios planetarios de enero de 2025:
Comentario: Informe anterior del 4 de febrero: Una nevada sin precedentes azota Hokkaido mientras un frente frío barre Japón: 120 cm de nieve en solo 12 horas y se prevén más fuertes nevadas