Cambios Planetarios
Funcionarios del distrito decidieron declarar la emergencia invernal en Bogotá, con el objetivo de dar celeridad al desembolso de los recursos económicos destinados para ayudar a los damnificados por las inundaciones causadas durante la temporada invernal.
El anuncio se realizó ayer debido a las inundaciones registradas en diferentes partes de la capital del país, pero en especial por la situación de riesgo a la que están sometidas cientos de familias en los barrios de la localidad de Fontibón.
El sector resultó inundado desde el domingo pasado como consecuencia del desbordamiento del río Bogotá, con el agravante que el agua estancada está compuesta de aguas negras, situación que podría desencadenar la propagación de enfermedades.
Este tornado, con vientos de 200 km/hora, llegó a las afueras de Albany sin advertencia alguna alrededor de las 15H00 (03H00 GMT), volcando automóviles y derribando árboles, mientras dejaba un rastro de destrucción a lo largo de varios kilómetros.
Las autoridades habían señalado inicialmente dos muertos, pero luego revisaron el balance, disminuyéndolo a solo un muerto.
El alcalde de Auckland, Len Brown, manifestó su asombro por que no hubiera más decesos, teniendo en cuenta que cientos de personas perdieron la vida en los recientes huracanes que se produjeron en Estados Unidos. "Fue un tornado enorme, brutal, (...) tenemos una suerte extraordinaria de que no se hayan perdido más vidas", declaró Brown a TV3.
Así lo declaró hoy el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional en un informe especial en el que detalla un estudio sobre la caída de ceniza emitida por el volcán desde que inició su presente pulso eruptivo el pasado 29 de abril.
Un equipo de científicos del IG y del Instituto francés para Investigación y Desarrollo (IRD) "ha realizado un levantamiento sistemático de la cantidad de ceniza acumulada en las zonas pobladas cercanas al Tungurahua y ha determinado que el volumen aproximado de ceniza depositada es entre 1,6 a 3 millones de metros cúbicos".
El volcán Peteroa presenta una columna eruptiva débil con emisión de gases y cenizas de 800 metros de altura sobre el nivel del cráter, que es desviada por los vientos dominantes hacia el nor-noreste. La nieve caída en las últimas semanas está oscurecida por la ceniza, indicando una emisión persistente de material volcánico particulado" informó Defensa Civil de Malargüe en un comunicado emitido desde el Área de Prensa y Comunicación del municipio, este martes. En septiembre el volcán había hecho una erupción de gases y cenizas que alcanzaron los 2 kilómetros de altura y cubrieron 120 kilómetros cuadrados de nieve.
La comunicación estuvo acompañada por una imagen satelital MODIS del lunes que confirmó la distribución areal y dirección de la pluma volcánica, como parte de un informe suministrado por ICES (Centro Internacional de Ciencias de la Tierra) - Regional Malargüe, con la firma del Dr. Miguel Haller- CENPAT- UNPSJB- CONICET, Integrante del Grupo de Observación Vn. Peteroa. La fotografía fue tomada por la estación de vigilancia volcanológica del ICES.
"La situación es coherente con la actividad basal que presenta el Peteroa desde el mes de febrero, con emisiones irregulares. Se considera que la situación no implica un peligro inminente. Se recomienda una vigilancia continua" indicó la información proporcionada a la prensa.
La actividad sísmica del volcán aumentó a las 4:30 hora local del martes (1730 GMT, del lunes) y llegó al máximo nivel entre las 6:00 y 8:00 hora local (1900 a 2100 GMT, del lunes), antes de comenzar a descender gradualmente, indicó la agencia de noticias RIA Novosti.
Aunque los expertos indicaron que no hay peligro para las comunidades locales, se ha emitido una alerta de aviación "naranja" en la zona.
Mientras tanto, Kizimen, otro volcán en la Península, cuenta con una mayor actividad y ha lanzado ceniza al aire, con una altura de hasta 7.000 metros.
El epicentro fue determinado en el mar a unos 20,3 kilómetros al sureste de la sede administrativa de Hualien, a una profundidad de unos 34,2 kilómetros, dijo el centro.
De acuerdo con declaraciones de Alejandro Rodríguez, Director Ejecutivo del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales, Ineter, el sismo que ocurrió a las 5:55 de la tarde, forma parte de los movimientos telúricos normales de acomodamiento de las placas tectónicas Coco y Caribe, por lo que hizo un llamado a la población a mantener la calma.
Pobladores de Chinandega y de León informaron que en esos departamentos el sismo fue sentido con gran intensidad, pero Defensa Civil no reportó daños materiales.
El mayor Carlos Cáceres, jefe departamental de la Defensa Civil de Chinandega, expresó que los puntos donde más se sintió el sismo fueron Posoltega, Chinandega, El Viejo y Corinto.
Cáceres aseguró que no hay daños materiales, pero que van a monitorear con los comités de alerta temprana.
El pequeño temblor fue a las 5:43 horas, de una intensidad de 4.3 grados en la escala de Richter, no hubo daños, únicamente un mareo a la gente de Juárez. La sensación mayor fue en el poniente de la ciudad.
En las últimas semanas se han registrado 7 sismos, según los informes oficiales.
Especialistas de la Universidad de Texas (UTEP) anticiparon que se pueden presentar más replicas, ya que la semana pasada se registró el primer sismo de 4.3 grados Richter.
Por lo que pese a los sismos que se han registrado en la zona de Sierra Blanca, en esta ciudad se descarta hasta el momento, cualquier tipo de movimiento telúrico.
Antes, se había declarado la alerta roja para cinco zonas del occidente, y la alerta amarilla en otras seis. Ahora, toda Bogotá queda en estado de emergencia, lo cual permitirá que las entidades del Distrito se movilicen más rápidamente, para prevenir o atender un eventual desastre invernal y la evacuación de damnificados.
El gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), Luis Fernando Ulloa, y el secretario distrital de Salud, Héctor Zambrano, informaron que, así, se podrán disponer, de inmediato, más de 6.000 millones de pesos para obras como el refuerzo de los jarillones, y la adquisición de 15 equipos adicionales para bombeo e iluminación portátil.
La medida fue tomada, sobre todo, ante el riesgo de un brote infeccioso de enfermedades respiratorias, gastrointestinales y de la piel, entre los damnificados de los barrios El Recodo, Estancias I, II, III y La Pradera, donde las calles y las viviendas se inundaron con las aguas fétidas de los alcantarillados rebosados, mezcladas con las del río Bogotá.
El Cuerpo de Bomberos informó que existen otras siete personas heridas. El Municipio de Quito aseguró que el deslizamiento de tierra sobre los seis carriles de la avenida de circunvalación que bordea la ciudad atrapó a cinco vehículos en los que viajaban las víctimas.
Este es el segundo derrumbe que se produce en este sector, según despacho de la agencia Andes. El primero ocurrió el viernes pasado con un deslizamiento de 6000 metros cúbicos de tierra que cubrió un tramo de 40 metros de largo por cinco de alto.
En esa ocasión no hubo víctimas. Ese día el alcalde de Quito, Augusto Barrera, indicó que las constantes lluvias que se han registrado en la capital en abril provocaron el deslizamiento. Sobre el talud que cayó sobre la ruta existe un asentamiento poblado. Las viviendas han sido declaradas en riesgo desde hace algunos años, pero la gente no ha sido reubicada.