No existe una explicación única para justificar que los incendios registrados en el medio natural, ya sean forestales o agrícolas, se hayan multiplicado por dos en el primer semestre del año en comparación al mismo periodo del año anterior: 75 frente a los casi 40 del pasado curso. La escasez de precipitaciones durante el pasado invierno y primavera, así como las negligencias cometidas en las quemas de rastrojos, se esconden detrás de estas cifras capaces de poner el vello de punta a cualquiera medianamente sensibilizado con el medio natural.
© CHAPAEl humo generado por el incendio se adueñó ayer del casco urbano de Montefrío
De todos los incendios registrados hasta la fecha, solo cinco superaron las diez hectáreas de terreno arrasado por las llamas. La inmensa mayoría, más de 38, se quedaron en conatos que quemaron una superficie inferior a la mitad del terreno de un campo de fútbol; y el resto oscilaron entre una y tres hectáreas.
La principal clave para que estos siniestros no se hayan convertido en desastres medioambientales de gran alcance pasa por la eficacia mostrada en todo momento en el despliegue de medios del Infoca. El objetivo siempre es aportar todos los recursos disponibles en un momento determinado para evitar que las llamas se propaguen.
Comentario: Los incendios forestales espontáneos también pueden ser provocados por fenómenos eléctricos, algo que ignora este artículo pero que explica que el fenómeno ocurra también en épocas de lluvia y frío.