© Marcos CreoEl director de recursos humanos de la conservera, Enrique García, muestra los daños causados por el fenómeno meteorológico.
"Se oyó un estruendo enorme y después ya vino todo el desastre." Así explicaba Enrique García, director de recursos humanos de la conservera Ignacio González Montes, ubicada en Aguiño (Ribeira), lo que pasó ayer en la fábrica en la que trabaja.
Un fenómeno atmosférico que se cree que fue un tornado se llevó por delante en cuestión de segundos la parte de atrás de una factoría cuya nave solo tiene 20 años de edad, que da empleo a 280 personas y que el año pasado facturó algo más de ochenta millones de euros.
De momento, la compañía, la séptima conservera más importante de España en cuanto a volumen de negocio, no tiene cuantificados los daños. Pero bastan unas palabras del gerente, Juan González, para entender la gravedad de lo ocurrido: «El lunes solo podremos producir un 15 o 20 % de lo habitual y al menos durante mes y medio estaremos bajo mínimos».
Comentario: El problema de que el aumento de la carga eléctrica del polvo cometario en la atmósfera, inevitablemente, desencadene en una Edad de Hielo, se agrava cuando las bolas de fuego aumentan de forma dramática. ¿Y qué le está pasando a nuestro planeta? Miren la gráfica y comparen la curva de ascenso en los últimos años en EE.UU.: