Cambios Planetarios
Actualmente, Chicago es una de las urbes más afectadas por este fenómeno, del que alertó Velasco en mayo de 2010; entonces viajó allá para ofrecer la conferencia Enfriamiento global.
Desde 2002, el académico se ha dedicado a estudiar la actividad solar y el impacto que tiene en el planeta, "y las observaciones obtenidas nos llevaron a pronosticar, en 2008, que el clima comenzaría a enfriarse alrededor de 2010, y la naturaleza comienza a demostrar si el vaticinio era cierto o no".
Este periodo, que el investigador denominó como "una mini-era del hielo" responde a la baja actividad solar, pero también al movimiento planetario. Hoy tenemos condiciones muy similares a las que se dieron hace aproximadamente 400 años. En esa época, se registraron los inviernos más crudos que conoce la era moderna, explicó.
Todo el litoral cantábrico se encuentra en alerta naranja (riesgo importante) por fuerte oleaje. Almería está también bajo ese nivel de aviso, por fuerte oleaje y vientos de hasta 90 km/h.
En alerta amarilla (riesgo bajo) por fuertes vientos están también Lugo, que podrá alcanzar rachas de hasta 95 km/h; A Coruña y Pontevedra (90 km/h); Asturias, Cantabria, Teruel, Girona, Tarragona y Castellón (80 km/h), y Huesca, Zaragoza, Valencia, Alicante, Cuenca, Albacete, Murcia y Melilla (70 km/h).
Por nevadas, la Aemet ha activado la alerta amarilla en Huesca, donde se esperan hasta 18 centímetros de nieve; en Ourense, Asturias y Lleida (hasta 15 centímetros); en Lugo (hasta 10 centímetros); en León, Palencia, Zamora y Salamanca (seis centímetros); en Girona y Barcelona (cinco centímetros), y en Cáceres (cuatro centímetros). Granada y Melilla están también en alerta por fuerte oleaje.
Los recientes eventos nos proveen un excelente caso de estudio de las fuerzas cósmicas que podrían estar detrás de grandes tormentas como los ciclones, huracanes, tormentas de nieve y mucho más. Los recientes eventos de los que hablo incluyen la mayor tormenta de nieve que haya caído en el centro oeste y el este de EEUU así como también el castigo del Ciclón Yasi sobre el este de Australia a comienzos de esta semana. Ambas tormentas crecieron a enormes tamaños durante un período de tiempo que coincidió con una tormenta solar que azotó a la Tierra después de la Luna Nueva. Aunque pueda parecer extraño, esta no es la primera vez que estos alineamientos celestiales en conjunto con la actividad solar han causado tales eventos. Si existe una relación entre estos factores, según como sospechamos, entonces esto da en gran parte una vuelta a lo que comúnmente se cree sobre el clima terrestre y, como veremos, incluso de la geología.
Para comprender cómo funciona esto, comencemos con el sol. El 31 de enero, se abrió un gigantesco agujero coronal en el sol, arrojando otro martillazo de partículas cargadas en dirección a la Tierra. Se esperaba su impacto a la Tierra entre el 2 y el 4 de febrero. No solo eso, sino que recientemente atravesamos una nueva Luna el 2 de febrero. Pero, ¿cuál es la importancia de la Luna aquí?, se preguntarán.
Según lo explica James McCanney en una entrevista que hizo para Spectrum Magazine en el 2003:
La Luna [Nueva] se ubica al frente de la Tierra, interrumpe ese flujo eléctrico [entre el sol y la Tierra], y luego sigue su camino. Esto genera un gran bombardeo una vez que la Luna se aparta del camino, el primero y segundo día después de la Luna Nueva. Esa es la condición que ha sido identificada como una de las causas principales de los grandes huracanes y tormentas. Lo que hace es: La Luna interactúa con el campo eléctrico solar. Es ese CAMBIO lo que genera las tormentas, y produce modificaciones en el ambiente alrededor de la Tierra, afectando en consecuencia al clima terrestre.Entonces la imagen que estamos pintando es la siguiente: El sol emite un masivo frente de viento solar en dirección a la Tierra. Al moverse fuera del camino entre el sol y la Tierra, la Luna Nueva genera un significativo aumento en las partículas cargadas que impactan sobre la Tierra. Con el exceso de partículas cargadas de esta tormenta solar que nos golpea casi simultáneamente, todo este exceso de carga termina en los cinturones de radiación que rodean a la Tierra. Luego, la Tierra encuentra formas de descargar este desequilibrio como estas dos grandes tormentas que hemos visto. Una de ellas adopta la forma de una gigantesca tormenta de nieve que cubre la mitad de EEUU. La otra toma la forma de un ciclón, el Yasi, que golpea a la ya inundada costa este de Australia. También se han notado un aumento de la actividad volcánica y de terremotos durante este período.
Los fenómenos de este domingo se unen a unas 20 réplicas de un temblor de magnitud 6,9 que se sintió el viernes al noroeste de la ciudad de Concepción, sur del país.
El organismo con asiento en la capital de la provincia indicó que el evento ocurrió a las 0.13 del viernes.
El Sistema Sismológico Nacional reportó que el movimiento fue ubicado a 21 kilómetros al noreste de La Crucecita, Huatulco.
De acuerdo con el estudio "Línea Base de Deforestación en Ecuador", realizado en los últimos dos años, la mayor pérdida de zona boscosa se ha registrado en el norte de la Amazonía y en la zona sur del país.
Ahora, el Gobierno ecuatoriano adelanta un estudio para determinar las causas de la pérdida de superficie boscosa, aunque se presume que una de las razones sería la extensión de la frontera agrícola, dijo a Efe la subsecretaria de Patrimonio Natural del Ministerio, Tania Villegas.
La funcionaria explicó que no se ha determinado la cantidad de pérdida de zona boscosa debido a la deforestación y por razones naturales.
El mayor temblor, que inició la serie, se registró a las 17:05 locales de ayer (20:05 GMT) con epicentro a 51 kilómetros al oeste de Concepción y derivó en el desalojo de centros comerciales y en una estampida de miles de veraneantes que abandonaron los balnearios costeros de la región.
El Servicio Sismológico de la Universidad de Chile informó que la mayor réplica, 5,9 grados Richter, se registró anoche a las 22:17 horas (01:17 GMT de hoy, 22:17 del viernes en Paraguay) con epicentro a 81 kilómetros al noroeste de Arauco y una 25,4 de profundidad.
El fenómeno dejó a ganaderos y agricultores preocupados por sus animales después de que una tormenta invernal arrojó 60 centímetros de nieve en partes de los estados de Arkansas y Oklahoma y dejó por lo menos tres muertos.
Los meteorólogos pronosticaron temperaturas mínimas de unos 23 grados bajo cero en ambos estados, pero a primera hora de la mañana habían descendido hasta 28 grados bajo cero en Fayetteville y 33 bajo cero en Bartlesville, Oklahoma, según el Servicio Meteorológico Nacional.