
Ciudadanos del Valle de las Flores intentan recuperar sus pertenencias entre los escombros
La sede del Gobierno boliviano se ha convertido en una de las regiones más dañadas por los efectos de las demoradas pero intensísimas lluvias, que han ocasionado inundaciones en los valles centrales, desbordado ríos y anegado miles de hectáreas de cultivos agrícolas. El viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, afirmó ayer que las riadas e inundaciones han dejado al menos 52 muertos en lo que va de año y alrededor de 14.000 familias damnificadas, de las que unas 6.400 se dedican a la agricultura y la ganadería, de acuerdo con un balance preliminar del ministerio.
Las caudalosas aguas de un sin número de ríos de la cabecera amazónica y afluentes del mayor río sudamericano, el Amazonas, se dirigen al norte boliviano y a su paso inundan poblaciones ribereñas.