© Javier BarbanchoUn hombre obeso en la Plaza del Sol de Madrid.
El aumento de sobrepeso y obesidad se ha traducido en un aumento de los casos de diabetes que han pasado a duplicarse en las últimas tres décadas. Sin embargo, no todas las personas con exceso de peso serán diabéticas. De hecho, hay muchos obesos que son resistentes al desarrollo de enfermedad metabólica, es lo que se denomina la paradoja de la obesidad. Pero, ¿cómo saber si al final esos kilos de más se transformarán en diabetes? Parece que la clave está en el abdomen.
Aunque han sido varios los estudios que han llamado la atención sobre la importancia de mantener un vientre lo menos voluminoso posible, el trabajo que publica
'JAMA' es el más extenso hasta la fecha y analiza también el efecto de la grasa abdominal sobre el riesgo de desarrollar diabetes y prediabetes. Parece que, según los resultados de esta investigación, tener una barriga prominente, no la gordura en general ni los típicos michelines, está independiemente asociado con un mayor riesgo sufrir estos problemas metabólicos.
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